Los panistas no aprenden, ni quieren cambiar

Los grupos que dominan el partido y los gobernadores rechazaron reformar los estatutos para combatir la corrupción

Uno pensaría que después de la desgracia por el tsunami guinda que les pasó encima en julio de 2018, la oposición estaría dispuesta a disculparse ante los electores y, luego de tantos escándalos de corrupción, poner sus barbas a remojar para cambiar la inercia que la sacó del poder, sin ninguna posibilidad, hasta ahora, de regresar.

Pero no. Tampoco en el PAN han pedido perdón, ni quieren cambiar. Los grupos que dominan el partido y los gobernadores de ese órgano político rechazaron el lunes cambiar para presentarse con una imagen mejorada. En la Comisión de Ética de Acción Nacional, que preside Gerardo Priego Tapia, el bloque de gobernadores se opuso a reformar estatutos que contempla lo siguiente: establecer posibilidades de sanciones contundentes y deslinde hacia gobernantes que se alejen de los principios humanistas de gobernar, sobre todo en prácticas éticas, en otras palabras, contra quienes incurran en actos de corrupción.

Es una discusión que lleva tiempo atorada y ni siquiera ahora, después de los casos exhibidos, quisieron reformarse. Cobra especial interés cuando ayer mismo el mandatario de Baja California, Jaime Bonilla Valdez (Morena), dio a conocer que investiga a su antecesor, Francisco Vega de Lamadrid, por desvío de fondos, falsificación de facturas y por falta de dinero en participaciones federales.

Nada que sorprenda, en una conversación antes de tomar protesta, Bonilla nos dijo en una visita a El Heraldo de México que le “iba a pasar la báscula” a Kiko Vega e hizo un ademán con la mano como quien agarra a alguien de los tobillos y los sacude para que caiga todo lo que trae en las bolsas del pantalón. Era un secreto a voces los actos de corrupción en el estado, donde al final del sexenio de Vega un grupo de panistas traicionó a su partido y se aliaron a Morena para extender el mandato de Bonilla de dos a cinco años.

Estuvieron presentes, de acuerdo con diferentes versiones obtenidas por esta columna, la mayoría de los gobernadores en la sesión de ética, entre ellos, Carlos Joaquín González, de Quintana Roo; Francisco Domínguez, de Querétaro; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, y Diego Sinhue, de Guanajuato, y quien opera a su favor dentro del PAN es Héctor Larios, secretario del partido. Este caso refleja el agarrón interno en el CEN, dirigido por Marko Cortés, un presidente tibio que no ha estado a la altura de la oposición que necesita el país.

Por todo esto uno no puede tomar en serio al bloque de gobernadores del PAN constituido en una asociación dizque para hacerle frente a López Obrador. Señores, discúlpense por la corrupción y sus malos representantes, cambien sus reglas internas y luego hablamos.

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UPPERCUT: El mundo al revés. Juan Antonio Ferrer, antropólogo que nunca había trabajado en el servicio de salud ni local ni nacional, aseguró que Carlos Urzúa, ex secretario de Hacienda, no sabe del tema, para desacreditar la advertencia del desastre que viene con el Insabi, que sustituye al Seguro Popular.

POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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