Israel, entre enemigos y desafíos

La amenaza más seria sobre Israel es un Irán con poderío nuclear. Si Irán acelera el ritmo de su programa nuclear, en un año tendría suficiente uranio enriquecido para una bomba

Una vez por año el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel presenta a las máximas autoridades del Estado su evaluación sobre los desafíos con los que se tendrá que lidiar, y este año, está clarísimo que el enemigo principal–aunque no el único, por cierto– es la República Islámica de Irán.

Hacia el sur, frente a la Franja de Gaza, estiman que la situación estará más tranquila, aunque no pueden bajar la guardia. Pero en este momento, la organización Hamas tiene interés en una época de calma, aunque continúa fortaleciendo su arsenal.

Pero frente a Irán y su proxy principal, Hezbolá en Líbano, aunque la evaluación es que no tienen interés en una guerra contra Israel, no pueden descartar que la situación se deteriore y se llegue a ello.

¿HACIA LA BOMBA?

La amenaza más seria sobre Israel sería un Irán con poderío nuclear. Si Irán decide acelerar el ritmo de su programa nuclear, en un año tendría suficiente uranio enriquecido para una bomba, y un año después tendría un misil capaz de portar el cabezal nuclear.

El Ejército israelí no estima que Irán esté interesado en avanzar rápidamente hacia el desarrollo concreto de una bomba atómica y considera que sus violaciones del acuerdo nuclear de 2015 tienen como fin presionar a otros signatarios del mismo, que a diferencia de Trump, no se retiraron del acuerdo.

Sin embargo, ve que Irán sigue con violaciones y avanza en la acumulación de uranio enriquecido. Tras reiteradas violaciones en el último año, Irán dijo que no respetará más límites de cantidades y niveles de uranio determinados en el acuerdo. Y la pregunta es qué pasa si en algún momento, ese país decide avanzar hacia el poderío nuclear.

MUERTE DE SOLEIMANI Y HEGEMONÍA REGIONAL

La nueva evaluación fue finalizada tras los sucesos de los últimos días a raíz del operativo de EU que dio muerte al general iraní Qassem Soleimani. Se estima que por un lado la pérdida de una figura clave como Soleimani debilita a Irán, por su rol protagónico en el despliegue militar en la región. A ello se suman las protestas dentro de Irán, aunque no han sido multitudinarias. Pero por otra parte se advierte que dado que Irán no se desdice de su plan de influencia en diferentes partes de la región, especialmente Siria e Irak, aumentaría el riesgo de una reacción más dura de Irán que la registrada hasta ahora, a los ataques lanzados por Israel contra blancos iraníes en los dos países mencionados.

Días atrás, la prensa israelí informó que en la cúpula de seguridad se considera que la muerte de Soleimani es el momento apropiado para intensificar esos ataques en un intento de empujar a Irán hacia atrás. El problema en estas situaciones es que no siempre se puede controlar la dinámica que se da en el terreno cuando el otro lado contesta, y sin que nadie quiera una conflagración de gran envergadura.

Israel sabe que los planes hegemónicos regionales de Irán no desaparecen con Soleimani, pero la inteligencia militar sí estima que su muerte puede estabilizar en cierta medida la región, ya que él era una pieza clave en el fortalecimiento de los aliados de Irán, a los que se arma y financia para que operen como brazos de Teherán

POR JANA BERIS
PERIODISTA

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