Salud mental y violencia

En la salud mental existe la corresponsabilidad de muchos factores

En la actualidad, vivimos en una sociedad donde parece que ser violento es parte de la sociedad misma. Respiramos violencia en el auto, en el transporte público, por las calles, en las noticias, en redes sociales, en los programas de televisión, también encontramos violencia en algunos videojuegos y, lo más lamentable, es que desde el mismo seno familiar comenzamos a normalizar a esta sociedad violenta. No, la violencia no es normal, al menos no debe serlo.

El viernes sucedió una tragedia que sacudió al país, un niño de 11 años de edad entró a su escuela, el colegio Cervantes de Torreón, con dos armas de fuego, una de calibre .22 y otra .40, disparó en contra de sus compañeros y de su maestra de idiomas, para después quitarse la vida.

Influido por el videojuego -Natural Selection-, José Ángel emuló un tiroteo masivo que ocurrió meses atrás en EU, cuando unos instantes antes de disparar les dijo: “Hoy es el día”. Pero, ¿en realidad todo es culpa de los videojuegos? como apuntó el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme. La respuesta es no.

Un niño que cursa el sexto año de primaria no puede ser señalado por los juegos que desarrolla, toda la niñez debería estar jugando en nuestro país. Sin embargo, la naturaleza y el tipo de juegos sí debería estar supervisado por padres y madres, plantilla docente o los tutores de los niños. Pero tampoco podemos culpar solamente a la tutela correspondiente, es sabido que en la salud mental existe corresponsabilidad de muchos factores, uno de ellos es el contexto individual de cada paciente.

Por lo tanto, no se puede culpar a los abuelos, quienes se hacían cargo de José Ángel, ni a su maestra, ni siquiera a los juegos de video, es un todo, empero, el instrumento letal son las armas, el acceso a ellas y la falta de supervisión por parte de las autoridades.

Al respecto, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en septiembre de 2019 mencionó que sería muy estricto en la petición a EU acerca del tráfico de armas hacia nuestro país, pues no se puede repetir el caso paradigmático de Rápido y Furioso cuando, en la administración de Felipe Calderón y Genaro García Luna se encargaba de la seguridad, se hizo un operativo opaco entre el gobierno mexicano y el estadounidense, donde los resultados fueron desastrosos para ambos gobiernos y se perdió el rastro de las armas introducidas a México quedando presuntamente en manos del crimen organizado.

Así pues, la tragedia sucedida en Torreón, aunque hoy representa un caso aislado, no puede pasar desapercibida, se deberán tomar acciones con visiones conjuntas, desde la perspectiva de salud pública, así como desde la perspectiva de seguridad.

El operativo Mochila Segura no es suficiente si no se involucran autoridades de los tres niveles de gobierno, autoridades educativas, plantillas docentes, padres de familia. La sociedad deberá tener en cuenta a la salud mental de nuestra niñez y adolescencia, otro reto más para la administración de López Obrador y para gobiernos estatales y municipales.

POR ADRIANA SARUR

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@ASARUR

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