Más de un año se tardó la secretaria de Economía, Graciela Márquez, en descubrir que el programa de Fomento de la Industria Manufacturera y de Servicios de Exportación (IMMEX) ha sido utilizado por diversas empresas para cometer chanchullos, marrullerías, trinquetes, y otras cosas horribles, horribles.
En las IMMEX se ha registrado contrabando técnico: mercancía excedente en más de 10% a la declarada; incumplimiento de regulaciones y restricciones no arancelarias; empresas fachada; retornos ficticios: pedimentos que amparan el retorno al extranjero de mercancía sin que las cajas de almacenamiento la contengan; documentos falsos o alterados, y renta de programas para la importación de mercancía, denunció la secretaria. ¡Nombres, nombres de las empresas! Pide el respetable.
Aunque no lo dijo, todo este desorden fue promovido y solapado por los gobiernos neoliberales. El programa IMMEX facilita los procesos industriales o de servicios destinados a la elaboración, transformación o reparación de mercancías de procedencia extranjera importadas temporalmente para su posterior exportación. Entre sus beneficios destacan la importación temporal de insumos (permite a las empresas importar sin el pago del IVA, con plazos de entre 18 y 36 meses); usos de procedimiento de consolidación, exención de precios estimados, aduanas exclusivas, en fin, una serie de incentivos a las empresas para que puedan sumarse a esta plataforma.
Actualmente existen 6 mil 313 empresas beneficiarias del programa en varios sectores, desde el industrial y agroindustrial hasta el de servicios.
La señora Chela se comprometió a erradicar todas esas prácticas corruptas y a fortalecer el programa. Pues no la tiene nada fácil, apuntan los especialistas en el tema porque el asunto no sólo compete a la Subsecretaría de Industria, Comercio y Competitividad, sino también a la Dirección de Aduanas, que ante los chanchullos y marrullerías de muchas empresas se ha hecho de la vista gorda.
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AGENDA PREVIA: A principio del año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que, en seis meses, con un presupuesto de 90 mil mdp iba a reconstruir el maltrecho sistema de salud que le dejaron los neoliberales. El encargado de los actos de magia, perdón de la reconstrucción era Germán Martínez, director del IMSS, quien de salud no sabía nada, pero le hicieron creer que le darían una bolsa de decenas de miles de millones de pesos que manejaba el extinto Seguro Popular.
Germancitoelhombrecito.com no pudo y renunció. Ahora, ante el des… orden provocado por el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), Martínez presentó un exhorto a la Comisión de Salud del Senado para que el engendro INSABI pueda celebrar convenios con el programa IMSS-Bienestar, y así contribuir a mitigar el problema de salud que enfrentan los que antes pertenecían al Seguro Popular.
¡A ver qué le responde Zoé Robledo!
POR LUIS SOTO
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