4T detona industria de amparos

Los amparos masivos están trasladando al Poder Judicial la regulación aplicable a miles de empresas

Charlé largamente con el director de una gran corporación cuyos productos, procesos y publicidad requieren constantes registros sanitarios y permisos por parte de Cofepris, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios que encabeza José Alonso Novelo. Desesperado, me relata que ha tenido que activar toda una estrategia jurídica para que su empresa pueda funcionar. Abogados por doquier. Sí funciona. El camino es el siguiente:

La empresa solicita los registros y permisos publicitarios como debe ser, con todos los elementos requeridos por la autoridad. Al cabo de los meses, la Cofepris lo rechazará o lo diluirá en un limbo… en ese momento se activa la estrategia de amparos, solicitándolos con la ley en la mano. “En 15 días tienes tu resolución y puedes operar”, señala.

El amparo funciona, me explica, porque la autoridad no quiere tener responsabilidad de firmar autorizaciones. Dado que en la Cofepris todo se paralizó porque cualquier movimiento es sospecha de corrupción, nadie autoriza nada, así que los mismos servidores públicos de ese y otros organismos están recomendando a las empresas activar estrategias de amparos y suspensiones para que sus negocios funcionen. “Demándame”, le dijo un servidor público al empresario. Incrédulo, le preguntó: “¿Cómo?”; “sí, mejor demándanos; en dos semanas sale tu amparo y podrás empezar a vender tu producto”.

El escenario de la industria de amparos creciente, como ocurre, no es muy buena noticia para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y particularmente no lo es para Alfonso Romo y para Graciela Márquez, responsables de la relación con el sector privado. Pero ya ocurre. De forma masiva las grandes empresas han puesto en sus estrategias para este año todo un aparato jurídico, a la par de lo que hacen con su área de tecnología de información o de mercadotecnia.

Los amparos masivos están trasladando al Poder Judicial la regulación aplicable a miles de empresas, porque el gobierno de AMLO no tiene capacidad de desregular industrias ni de activar reglas claras. Es una solución surrealista a la falta de recursos de la administración pública y a la carencia de una idea clara sobre cómo funciona la economía. No es que estemos ante un gobierno que digitalizó autorizaciones. Más bien hablamos de un océano pantanoso de reglas confusas que la 4T no sabe interpretar, ni cómo aplicar, y que tampoco quiere eliminar por miedo a que vuelva la corrupción.

Y dado que el mundo no se puede detener… pues ¡a ampararse!

BANCO MUNDIAL

Será a finales de febrero cuando el Banco Mundial, que preside David Malpass y que dirige para México Pablo Saavedra, presente su plan quinquenal para nuestro país, en el que desvelará qué tipo de proyectos financiará. Habrá muchos recursos para infraestructura y para bancarización.

POR CARLOS MOTA
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