Qué gran personaje es José Ángel Gurría, el Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Ahora que estuvo por México mostró una vez más su gran estatura política: capaz de diagnosticar la situación, los desafíos económicos y el entorno mexicano sin desgarros, con ecuanimidad. Gurría aplaude lo plausible, apunta lo que tiene que señalarse, y levanta la mirada para que el país visualice la velocidad de crucero que deberíamos llevar.
Nada de la colección de reflexiones de Gurría tiene desperdicio. Apunta que sí, que “absolutamente” detectó en los actores políticos del gobierno actual la conciencia suficiente de que el país requiere dar certeza a los inversionistas. Lo debe hacer con reglas claras y predecibles: los inversionistas “le apuestan a un conjunto de reglas y de normas sobre las cuales ellos están planeando su inversión y su negocio en el futuro”.
Dice el Secretario de la OCDE que en la raíz de los problemas de América Latina y de Europa están la desigualdad de ingreso, de oportunidades, de acceso a la salud, y de educación. Es cierto y un primer grupo de personas solo ven eso en toda la región. No obstante, plantea que también hay otros interlocutores que, en lo económico, están viendo con buenos ojos el trabajo que está haciendo el gobierno de México, porque observan aquí el control de la deuda pública —y por lo tanto, el del déficit—, o la refinanciación de los vencimientos de deuda. En adición, están los inversionistas que esperan que las reglas de inversión definitivas se definan y sean claras; y, por último, los que solo desean que los contratos que han firmado con México, se cumplan.
Gurría no escatima críticas a lo que debe corregirse. En primer lugar, la inseguridad: es evidente y prioritario, y debe continuarse la lucha para arreglarla. Asimismo, apunta que, en el caso de Petróleos Mexicanos, “no solo hablamos de los vencimientos sino también de la capitalización, que quizá haya que seguirlo haciendo en el futuro. Hay que hablar de que en Pemex toda esta deuda que ha acumulado a lo largo de los años fue resultado de que estábamos usándola como una vaca lechera”. Y habla del otro gran problema, las pensiones, porque “le hemos estado aportando 6.5 por ciento para tener 60 a 70 por ciento de tasa de reemplazo (…) Pero habría que estar aportando alrededor del 18 por ciento”.
COFEPRIS, DIQUE
En un verdadero dique contra la actividad económica y contra el crecimiento se ha convertido la Cofepris, que encabeza José Alonso Novelo Baeza. La parálisis en materia de registros y de autorizaciones en muchas industrias es tal, que ya surgen empresarios que piden que mejor regrese la corrupción. ¿La razón? La corrupción no implicaba una parálisis total, que es lo único que está ofreciendo Novelo, dicen.
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POR CARLOS MOTA
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