Crisis en el INSABI

Todo hace pensar que la falta de planeación, que se ha convertido en un sello característico de la 4T, ya empezó a generar estragos en la población más vulnerable, aquella que votó por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El ejemplo más reciente es del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), cuya entrada en operaciones este 2020 generó serios problemas a pacientes de bajos recursos del sistema público de salud, sobre todo, y al organismo que dirige Juan Antonio Ferrer.

Con un presupuesto de 72 mil millones de pesos, el INSABI inició operaciones el 1 de enero y el problema radica en que lo hizo sin reglas de operación, lo que ha provocado caos en la atención hospitalaria y el abasto de medicamentos. El vocero presidencial, Jesús Ramírez; el presidente AMLO y hasta el propio Ferrer han dicho que el tema se resolverá pronto.

El asunto, sin embargo, dejó la semana pasada una estela de reclamos, dentro y fuera del gobierno, pero sobre todo entre la población que no tiene acceso a ningún tipo de atención médica, ni pública ni privada, por trabajar en la informalidad.

El caso que escandalizó a todos fue el del matrimonio compuesto por Blanca Rubí y José Alfredo, quienes hace unos días perdieron a un bebé en el Hospital General de la capital del país, porque nació prematuro. Perder a un hijo en sí mismo es un evento traumático para cualquier familia. El problema se agravó cuando los empleados del hospital pidieron 13 mil pesos al matrimonio para poder llevarse el cadáver de su recién nacido. López Obrador reaccionó y calificó como inhumana esa acción.

No era para menos. Se trataba de un caso de escándalo que mostraba falta de sensibilidad de los empleados hospitalarios. Hasta donde se sabe, el matrimonio de Blanca y José Alfredo procederá legalmente.

Pero más allá del desenlace de esa tragedia, lo que mostró el caso fue “todas” las deficiencias del organismo que se vendió como la panacea del sector público de salud.

No hubo malas intenciones del gobierno. Lo que dejó ver esto es que, como muchas otras cosas, hacen los cambios sin una preparación. Nadie se preocupó por las reglas de operación del organismo que sustituye al Seguro Popular.

Nadie se preocupó por informar con claridad qué servicios otorga el INSABI y cuáles no, como tampoco lo hicieron para decir si será 100% gratuito o habrá cuotas de recuperación.Tampoco dijeron qué iba a pasar con los pacientes que recibían tratamientos para enfermedades crónico-degenerativas, vía el Seguro Popular. Simple y sencillamente dejaron de recibirlo de un día para otro y nadie tuvo la cortesía de avisar.

Es muy probable que la clave esté en lo que me dijo la semana pasada el senador Miguel Navarro, presidente de la Comisión de Salud del Senado: alguien está mal informando al jefe del Ejecutivo federal.

 

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Lo que natura non da, Salamanca non presta”. 

POR ALFREDO GONZÁLEZ
ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ALFREDOLEZ


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