De pena ajena (nacional e internacionalmente hablando) el caso de Juan Collado. Si bien parte de esas investigaciones no es nueva (ya se había ventilado hace unos años y ahora se retoma con más fundamentos, vertidos muy particularmente gracias a el diario El País y la magnífica relación que tiene éste con las autoridades de Andorra, que le proporcionan información), es vergonzoso que se haga pública la corrupción rampante que permea en nuestro país ¡hasta al abogado del expresidente de México!
A nivel nacional vuelve a ser obvia la relación existente entre gobierno y entes ajenos al mismo, pero con todas las influencias que sustenta la corrupción en ambos campos. Las propiedades y cuentas bancarias del litigante rebasan por mucho los ingresos declarados por su trabajo.
Y, así, apareció ayer expuesto, en la portada del mencionado diario español, el tinglado realizado por Collado. Se sabe, ahora, que en unas de sus cuentas bancarias en Andorra tiene 4 millones de dólares obtenidos vía empresas que trabajaron con el gobierno del Estado de México. Adicionalmente, de forma posterior se conoció que en 24 cuentas bancarias se dio un “baile de los millones”, ascendiendo la cifra a 120 millones de dólares en su haber. Aún se desconoce cuánto de esto provino del “cobro” de comisiones.
Vale la pena señalar que las empresas que triangularon el dinero ya han desaparecido; su vida no superó los 5 años. Este esquema no fue exclusivo del sexenio presidencial de Peña Nieto; se llevó a cabo de 2009 a 2012, durante la administración peñista y en la época de Eruviel Ávila como gobernador del Estado de México.
El que ahora se haga pública esta nueva información, y no antes de noviembre de 2018, debe servir a los pasados y actuales políticos (más allá de sus ideologías) de advertencia: tarde o temprano se exhibirán sus hechos ilegales.
Ello explica la popularidad de AMLO; se basa en su sencillez y en el contraste con casos como el de Collado, que demuestran a la población la existencia de un cambio de paradigma.
Indudablemente, el rotundo NO a continuar con esas formas escandalosas de saquear a la nación, la principal razón del triunfo de López Obrador en 2018.
Desentona el que, apenas esta semana, el gobierno de la 4T decidió cerrar al público los expedientes de Manuel Bartlett en los Archivos de la Nación.
Lo cual señala una incongruencia entre el discurso del Presidente y la actuación de su gobierno. Esperemos que esta clausura de los expedientes no indique que se perseguirá la corrupción siempre y cuando no sea la de quienes trabajan en la actual administración.
Por lo pronto, aplica lo que dice la canción de los Wawanco, “la cosecha de mujeres nunca se acaba”.
El presidente López Obrador cuenta con un arsenal infinito de corruptos de donde cosechar y exhibirlos cada vez que lo requiera. Qué pena que sea así, pero ciertamente los regímenes que lo antecedieron le otorgaron muchísimas municiones.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
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