El 2020 comenzó con un preocupante conflicto entre Irán y Estados Unidos, parte de un extenso proceso de relaciones tensas entre ambas naciones. Los orígenes se pueden rastrear en el golpe de Estado de 1953, orquestado por Estados Unidos y Reino Unido, que depuso al presidente electo democráticamente, Mohammad Mosaddeq.
Ese acto creó un resentimiento iraní hacia Estados Unidos que desembocó en la Revolución de 1979, la cual terminó instaurando la República Islámica de Irán. En 1980 fueron cortadas las relaciones diplomáticas entre ambos países, manteniéndose así hasta la actualidad. Décadas más tarde, la situación escaló de manera alarmante.
El 3 de enero de 2020, el general de división iraní Qasem Soleimani, fue objetivo de un ataque dron ordenado por Estados Unidos mientras salía en un convoy del Aeropuerto Internacional de Bagdad, muriendo instantáneamente. A partir de ahí, los eventos escalaron: Irán condenó fuertemente el ataque y respondió lanzando misiles a bases estadounidenses en Irak, e igualmente, amenazó a los aliados de Estados Unidos en la zona. Parece ser que con el anuncio del presidente Donald Trump, el miércoles 8 de enero, la situación fue tranquilizada.
Ahora bien, mucho se habló, e incluso se bromeó, sobre una posible guerra. En Twitter fue tendencia la Tercera Guerra Mundial, mientras que en Facebook no faltaron los memes. Dejando eso a un lado, ¿de verdad existió riesgo de que el conflicto terminara convirtiéndose en una guerra a gran escala? Probablemente no, Donald Trump lo sabía perfectamente. Entonces ¿Por qué lo hizo?
Para responder es importante establecer una cosa: el presidente de Estados Unidos es, por arriba de un político, un hombre de negocios. Su modelo de llevar a cabo la política es muy parecido al de un negociador, mismo que a su vez, se apoya fuertemente en la estrategia militar.
Todo conocedor del mundo del negocio sabe que un libro importante para desarrollarse en tal ámbito es El arte de la guerra, del estratega chino, del siglo V a.C., Sun Tzu. A pesar de su antigüedad, el texto contiene principios que pueden aplicarse también fuera de su contexto original. El más famoso es posiblemente el siguiente: "El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar”, frase que el mismo Trump twitteo en 2012, lo cual implica que tiene por lo menos un mínimo conocimiento sobre el texto. Se trata de dos principios que conforman el núcleo del libro, el primero ya fue mencionado, el segundo es: “Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño”.
El ataque sobre Soleimani no fue una respuesta ante los sucesos ocurridos en la embajada estadounidense de Bagdad unos días previos, ni ante la prevención de futuras amenazas. Detrás hay un panorama amplio, el proceso de destitución contra el presidente y las próximas elecciones. Habrá que ver si el modelo funciona, aunque sea riesgoso controlar un país a base de principios generales.
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POR IGNACIO ANAYA MINJAREZ
CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@IGNACIOANAY
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