Apenas han transcurrido unos cuantos días del primer mes de 2020 y en nuestro país permea la preocupación y la ansiedad ante la realidad que palpamos a diario.
Iniciamos con una escalada de precios que ha tomado por sorpresa a miles de familias, además de la hemorragia que mantiene al país hincado a consecuencia de la inseguridad y la pasividad de nuestras autoridades por remediar la situación; sumemos a todo esto el complicado ámbito internacional.
Con el arranque de 2020, varias grandes empresas han anunciado el incremento en los precios de sus productos, algunos de estos básicos en la alimentación de todos los mexicanos, como la leche, la cual se estima podría subir, dependiendo la marca, hasta 3 pesos por litro.
Pero también sufrieron el impacto otros básicos como la cebolla, el jitomate y el chile. Lo anterior pega directamente en los bolsillos de los consumidores, pero también en las mesas de millones de hogares mexicanos.
Con la misma suerte inician el año las tarifas de energía eléctrica doméstica, con un aumento cercano a 5 por ciento y la advertencia de que, a mediados de año, pudiera venir otro más.
El incremento en los costos de los pasajes de avión y hoteles, que para muchos pudieran parecer servicios de lujo, afectarán a toda la industria del turismo, de la que dependen millones de personas, pues a mayores precios, menor demanda. Y aún con esto el gobierno morenista se empeña en castigar el ahorro en el país, con el incremento en la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) que afecta principalmente a quienes ganan menos de 400 mil pesos al año.
Por eso a los diputados del Grupo Parlamentario del PRI, del cual soy vicecoordinadora, nos preocupa el actuar de este gobierno autoritario, ya que en diversas ocasiones ha pregonado que en 2020 no habría incremento de impuestos a los ciudadanos, aunque con esta medida recaudatoria contradice su discurso, lastimando seriamente las finanzas de la clase media, la que realmente mueve a este país, y en lugar de fomentar el ahorro, prefiere castigarlo.
Peor aún resulta que en muchos hospitales sigue el desabasto de medicamentos. Para muestra están todos los pequeños de Tlaxcala, quienes están en espera de sus tratamientos, lo mismo que los pacientes del Centro Estatal de Cancerología en Xalapa, Veracruz, cuyos familiares, una vez más, han tenido que salir a las calles a protestar, en un tema que evidentemente es de vida o muerte.
El año inicia, como terminó 2019, teñido de sangre, con decenas de homicidios prácticamente en todos los estados: Guanajuato, con más de 70, aunado a los feminicidios imparables y las desapariciones.
Por si nos faltara algo más, el conflicto internacional entre Estados Unidos e Irán mantiene la tensión mundial y nos podría afectar gravemente en el precio de la gasolina que importamos como país y, por supuesto, en la cotización del dólar.
Ante este escenario, el gobierno de México ¿debiera considerar un golpe de timón?, urgen buenas decisiones.
POR ANILÚ INGRAM VALLINES
DIPUTADA FEDERAL
@ANILUINGRAM
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