IP espera reconciliación de verdad en este 2020

Comenzamos el 2020 con enormes expectativas luego de que el arranque de la presente administración desde diciembre de 2018 y todo 2019 ha quedado mucho a deber. Si bien en lo económico la inflación se ha mantenido a raya con una media de 3.72%, habrá que esperar las cifras del INEGI para saber si el incremento de los salarios mínimos de 20% que aplicará a partir de hoy mismo, no genera un alza inflacionaria indeseada. Hablando de crecimiento, por más que el Presidente y su equipo digan que 0% no es una mala cifra para 2019, la verdad es que sí lo es por tres razones.

Primero porque el propio Lopez Obrador aseguró en campaña que creceríamos primero 6%, luego 5% y terminamos en cero, con una caída del 0.1% en la actividad industrial en el tercer trimestre del año según cifras del INEGI. Después, porque el crecimiento económico de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, lleva 10 años ininterrumpidos y en 2019 concluye con un nada despreciable 2% en promedio mientras nosotros estamos en recesión.

Y finalmente porque habrá que repartir lo que hoy no se tiene cuando la población aumentó en 2019 en más de un millón 190 mil nuevos mexicanos con respecto a 2018, quienes requerirán bienes y servicios. Mención aparte merece la aplicación de un nuevo impuesto, en este caso a los juegos de azar, sólo por jugar se gane o no, cuando se dijo todo o contrario en campaña. En lo político, la declaración de persona non grata y la expulsión de Bolivia de nuestra embajadora María Teresa Mercado es apenas el inicio de una crisis con el país andino que bien se pudo haber evitado si no se hubiera ofrecido el innecesario asilo político al impresentable Evo Morales que mediante un fraude electoral pretendía reelegirse en aquel país después de 14 años, al más puro estilo de las dictaduras de izquierda.

En lo interno, ni que decir de los precios de la gasolina que nomás no bajan como se ofreció, de un avión presidencial que no se vende y que ha costado hasta hoy 729 mil dólares mantenerlo sin uso en un hangar en California y de la decisión de sostener en el gabinete a personajes tan cuestionados como Manuel Bartlett, el multimillonario que con su salario como servidor público nunca podrá justificar su riqueza.

En materia de inseguridad los datos son espeluznantes con 100 homicidios diarios, el imparable crecimiento de cárteles como el de Sinaloa o el Jalisco Nueva Generación, 507 mil casos de violencia contra las mujeres y el primer año más violento de cualquier administración de la que se tenga un recuento confiable. Queda claro que a los violentos les importa poco el exhorto de “abrazos, no balazos” o que los acusen con sus abuelitas o sus papás y los episodios de los Le Baron y el Culiacanazo son solo botón de muestra de la falta de estrategia y de rumbo en la materia. En fin, 2020 luce como el año en que la presente administración debe demostrar que puede hacer algo de lo que prometió el presidente en los últimos 18 años. Ya es hora.


Con motivo del fin de año, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió reconciliación nacional. Al llamado se suma la IP quienes escribieron ya a los Reyes Magos para dejar el pleito atrás. Me cuentan que funcionarios adheridos al SAT los han tratado como criminales. Como ejemplo citan a la empresa Integradores de Tecnología a cargo de Ricardo Orrantia, inhabilitada hace unos días por tres meses en lo que sospechan una “venganza política” del pasado, por lo que los empresarios esperan que con el nuevo “Buenrostro” en el SAT las relaciones mejoren. Abrazos no balazos. Que venga la reconciliación.


Con la detención de tres nuevos implicados en el caso Le Baron queda demostrado que cuando hay presión internacional y mediática se pueden dar resultados. Ojalá que ese fuera el caso de aquellos que no tienen la oportunidad de llamar la atención de los Estados Unidos y de los medios de comunicación internacionales.

Enrique Muñoz