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Hoy, el mensaje político

OPINIÓN

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El oficio de gobernar es clásico. Las innovaciones tecnológicas en los medios de comunicación, el tiempo real, las redes sociales, en nada modifican las premisas, porque se “manda” sobre seres humanos, nunca sobre computadoras. El algoritmo no sustituye al estado de ánimo, ni influye en él. El resultado basado en ese enigma equivale a la simulación.

Hoy, como nunca antes -debido al peso demográfico, inmanejable en un estallido social-, los mexicanos transitan entre Escila y Caribdis, confrontados más con ese pasado que impide acuerdos para conceptuar y construir un proyecto de nación: la IV República a través de la reforma del Estado.

¿Qué escucharemos hoy por la tarde? Nada importan los resultados de los nueve meses transcurridos, lo que anhelamos es la oferta de una articulada propuesta de cambio de régimen real, porque sabemos, por haberlo padecido, que el presidencialismo no da para más; lo que urge es una reforma profunda al modelo político, pues de otra manera los floreros sólo cambiarán de lugar en el escenario nacional, mientras las fuerzas económicas se disputan el poder.

Anhelo que todos los que hoy tienen una posición de mando, consulten lo escrito antier por José Andrés Rojo, publicado en El País, para que al momento de la toma de decisiones consideren que “… no es una mala idea sugerirle a un político que vuelva a leer El príncipe en estos tiempos de arrebatadas emociones y de moralina permanente. Y hay algo de lo que dice que merece destacarse. Siendo mi fin escribir una cosa útil para quien la comprende, he tenido por más conducente seguir la verdad real de la materia que los desvaríos de la imaginación en lo relativo a ella; porque muchos imaginaron repúblicas y principados que no se vieron ni existieron nunca”.

Somos producto del sincretismo entre el pensamiento católico y las múltiples creencias religiosas practicadas por los habitantes originarios de lo que hoy es la república mexicana. Eso no va a variar, por más que lo hayan intentado desde el momento en que incursionaron los evangélicos a través del Instituto Lingüístico de Verano. El Guadalupanismo, como lo describe Jacques Lafaye en Quetzalcóatl y Guadalupe, es la síntesis de nuestra manera de percibir el mundo, ya sea a través de la ideología o de la cultura. Modificar 500 años de hábitos requiere otros tantos de esfuerzo para hacerlo.

Algunas actividades políticas y decisiones económicas del actual gobierno, permiten suponer que hoy, o en el transcurso de los próximos días, se anunciaran cambios, transformaciones, propuestas para, efectivamente, llevar a México a la 4T.
No será un proceso que se dé por ósmosis ni por ensalmo, habrán de elaborar las propuestas y consensuar los cambios con todos, lo que no resultará fácil. El riesgo es otra oportunidad perdida, un nuevo desencanto, como ya sucedió con la alternancia del año 2000.

POR GREGORIO ORTEGA MOLINA

@OrtegaGregorio

www.gregorioortega.blog  

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