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Los 60 del Presidente

OPINIÓN

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La velocidad del cambio en las formas de vida de la sociedad contemporánea es tal, que rebasa en ocasiones la capacidad de comprensión, adaptación y asunción de buena parte de la población.

Esto se debe, entre otras cosas, a los avances en las tecnologías de la informática y la comunicación, particularmente las telecomunicaciones.

El cambio se origina en la evolución de la sociedad hacia la era posmoderna, que se caracteriza por el cuestionamiento a los valores de la modernidad y que, apoyada en las tecnologías mencionadas, está en proceso de revolucionar las bases mismas de la convivencia social, la revalorización de la mujer, la naturaleza, la política y la forma de gobernar (Porres 2012).

Menciono lo anterior, ya que mucho se ha escrito al finalizar el segundo trimestre del gobierno de López Obrador sobre sus niveles de popularidad. Se le compara constantemente con los números obtenidos a la misma altura del sexenio por los presidentes anteriores, en particular con Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

Y como todo en este país, se observan dos bandos: los que festinan una caída en los niveles de popularidad y los que defienden que el número es muy elevado. Lo cierto es que, a esas alturas de su sexenio, Zedillo andaba en 41 por ciento, Fox en 63 por ciento, Calderón en 65 por ciento, Peña en 57 por ciento; es decir, salvo en el caso de Zedillo, López Obrador está en márgenes muy cercanos a sus antecesores.

No se observa esa caída estrepitosa que sus detractores comentan. Lejos de eso, sus números se han sostenido desde el arranque de la administración en niveles bastante altos. Sin embargo, este tipo de comparaciones suelen ser inexactas, ya que cometen errores básicos de política comparada.

Dichas equiparaciones dejan fuera un concepto elemental en un análisis que no está realizado en un mismo momento histórico: el espacio/tiempo. ¿Cómo se puede comparar el valor de esas mediciones entre los presidentes? Es decir, vale lo mismo 60 por ciento de aprobación hoy que hace seis, 12 o 18 años? La respuesta es clara: ¡no!

Hoy en pleno desarrollo de la sociedad del conocimiento como la bautizara Castells, el alcance y la velocidad en que se genera y transmite la información es abismalmente diferente que en los sexenios mencionados.

Desde la llegada comercial de internet a México en 1994, con la creación de Red-UNAM, pasando por los 3.5 (millones de usuarios en 2000), a los 40 (2012), a los más de 74 millones de usuarios en 2018 que, según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares del Inegi, existían en México.

El crecimiento de usuarios entre sexenios ha sido exponencial. Sólo por este simple dato no es tan sencillo compararlos. Pero si hubiera que llegar a una conclusión, la evidencia nos arrojaría a afirmar que 60 por ciento hoy es mucho más complicado de alcanzar y sostener que en el pasado. Por lo que los 60 del presidente López Obrador deben ser motivo de alegría y reto en la oficina presidencial.

POR ERIK PORRES BLESA

COLABORADOR

@ERIKPORRES

edp