Señor presidente: ojalá pudiera bajarle a su discurso de odio.
Debería entender que hay gente que cree y hace suyas las palabras que dice todos los días, gente que escribe en sus redes sociales para dividir a la población, aunque usted sólo recurra al discurso de odio como una estrategia de mercadotecnia para sostener su popularidad y encaminarse a la reelección presidencial.
En un momento en que la agresión se expande a velocidad luz, a través de las redes sociales, resulta irresponsable y condenable el papel que usted asume. Acabo de leer un ensayo sobre violencia en tiempos de Twitter, Facebook y Youtube en el que se dice que sus testimonios son una prueba del acoso, violencia y odio que sufren a diario millones de personas cuando se conectan a internet.
Hay gente que, al igual que cuando se bebe alcohol o conduce un auto, se transforma al navegar por la red. “Cuando nos comunicamos en el mundo digital escribimos cosas que no somos capaces de decir cara a cara. El anonimato y cierta sensación de impunidad contribuyen a una mayor violencia verbal. Pero muchos olvidan que lo que comentamos en redes sociales deja huella”, leí.El problema, señor presidente, es que cuando quienes lo idolatran pasan del pensar y escribir a otros ámbitos. Usted acumula un largo historial de declaraciones y acciones racistas y xenófobas que, desde que llegó a la Presidencia, ha tratado de enmascarar o, al menos, revestir con otro tipo de discurso, entre otros, los de la transformación y el patriotismo. Sin embargo, cada vez se cuidaba menos. A mediados de este mes, antes de irse a jugar golf, atacó a varios legisladores por no pensar como usted, por no ser como usted. Los atacó por ser legisladores que son parte de una generación que forman parte del ala más progresista de su partido, pero no sólo son incorrectos e inaceptables sus tuits, lo son sus discursos cotidianos. ¿Vale la pena dividir? ¿Vale la pena poner en riesgo la vida de las personas? El sábado fueron ejecutadas 20 personas en un barrio hispano de El Paso, Texas, donde 85 por ciento de la población es de origen hispano. Y en el transcurso de menos de las 24 horas siguientes, se registraron en diversas partes de Estados Unidos nuevos atentados y ejecuciones masivas contra hispanos. Ya van 250 ataques de este tipo en lo que va del año. En los últimos 100 años no había habido un Presidente como usted. Ojalá reconsidere y deje los ataques de odio. El mundo puede ser mejor lugar para vivir, señor presidente Donald Trump.