Leduc, entre AMLO y Calderón

El Presidente y el exmandatario desconocen el valor que tiene el escaso tiempo de un periodo de gobierno

“Sabia virtud de conocer el tiempo”. Las mañaneras son el fuste de la acusación que AMLO utiliza, me temo, para distraer sobre lo verdaderamente importante. Así, la evocación —con razón o no— del fraude de 2006, y culpar a Calderón de la violencia que azota a México a 13 años de distancia, desconcierta y polariza. “A tiempo amar y desatarse a tiempo”. Felipe tomó la imputación y la reviró negando tanto el fraude como que la violencia sea su culpa, y dijo que si eso le sirve al Presidente, ¡adelante! Pero que se ponga a trabajar. “Como dice el refrán: ‘dar tiempo al tiempo’…”. Twitter se incendió. Como cada vez que Andrés Manuel toca a Calderón —o viceversa—, la red se parte (y reparte) en dos bandos. Los TT, reales e inflados, son un manual para perder el tiempo. La senadora que sufrió un “ataque terrorista” usó su tiempo en el Senado para tundir al expresidente. Mientras, los calderonistas hacían propaganda a su México Libre, nuevo partido que nada más no avanza. “Que de amor y dolor alivia el tiempo”. El mexicano, con honrosas excepciones, a fuerza debe tener la última palabra en toda discusión, aunque provoque serios daños. Calderón y AMLO así actúan. Ignoran que suele ser mejor un mal arreglo que un buen pleito o, lo que es lo mismo, darle por su lado a la otra parte para que desahogue su frustración, inferioridad y pequeñez. “Aquel amor a quien amé a destiempo”. Entre los dimes y diretes, el minicrecimiento pasó a segundo término, al igual que la compra por parte del gobierno federal de dos estadios de beisbol por la friolera de mil millones de pesos. ¡Ah!, para eso sí hay dinero. Calderón se prestó a ser la perfecta cortina de humo que AMLO necesitaba. “Martirizóme tanto y tanto tiempo”. El tiempo es oro y vuela. Los dos piensan en las próximas elecciones, pero los tiempos de ambos son diferentes. Si, y sólo si Calderón consigue todas las firmas este año, México Libre podrá ser partido y competir en 2021 y 2024. Y si, y sólo si López Obrador logra que México crezca este semestre arriba del 4 por ciento, llegará a su meta de 2 por ciento de crecimiento anual. La diferencia es que si AMLO no lo logra este año, le quedan cinco para hacerlo. Mientras que si Felipe no lo consigue en pocos meses, no podrá participar formalmente en política el resto del sexenio. “Cuánto tiempo perdí, ¡ay! cuánto tiempo”. Los ciudadanos pedimos: ¡Póngase a trabajar, pero los dos! El tiempo corre, y aunque hay que dar tiempo al tiempo, ya es tiempo de que sean productivos y dejen de mentarse y lamentarse por el tiempo que el otro les dedica. Ya no desperdicien el tiempo. “Sabia virtud de conocer el tiempo”. Andrés Manuel y Felipe necesitan un Renato Leduc para principiantes. Lástima, Rius ya no vive para redactarlo. Cómo desperdician la más útil de las virtudes. Los dos desconocen el valor que tiene el escaso tiempo de un periodo de gobierno. Lo derrochan en vilipendiarse mutuamente, olvidando que a uno ya se le acabó su tiempo de ser Presidente y al otro el de ser oposición. POR VERÓNICA MALO GUZMÁN VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM @MALOGUZMANVERO