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Un futuro con esperanza

Futuro 21 pretende convertirse en un partido de las grandes causas modernas del pueblo mexicano, mediante vínculos reales

OPINIÓN

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A través de la densa neblina de desconcierto y preocupación de amplias capas de la sociedad mexicana por el pendiente peligroso que toma la 4T, están surgiendo señales de esperanza.

La primera de ellas es que los partidos tradicionales han reconocido su crisis de credibilidad. Habían perdido contacto con la sociedad real y sus problemas. Se convirtieron en instrumentos de autoconsumo para sus integrantes. De ahí los resultados de 2018.

Otra señal, afortunadamente, es que ha aparecido la exigencia ciudadana de establecer nuevos instrumentos de acción y coordinación para dar respuesta al curso que están tomando las políticas públicas en materia de seguridad pública, economía, restricción de libertades democráticas, control de los medios de comunicación y violación de preceptos constitucionales.

Se corre el peligro de perder la libertad que ha caracterizado a México desde la alternancia democrática de 2000.

El quehacer de la política cambió en muchos sentidos en el mundo, no solamente en México. La profunda transversalidad de los reclamos en materia de derechos, de género, de economía, medioambientales, cultura, salud y el ejercicio de nuevas libertades han obligado a cambios en las organizaciones políticas y sus formas de representación. La clave es la nueva transversalidad ciudadana de demandas.

Esa transversalidad tiene profundas repercusiones en las prácticas al momento de hacer política. Para mantener su vigencia, el mundo político deberá responder a la transversalidad abandonando sus rígidas tesis ideológico-partidistas tradicionalmente excluyentes, y aprender a asumir como suyas las plataformas de las causas ciudadanas.

Así, las agrupaciones políticas pueden recoger las causas públicas transversalmente sobre institucionalidad democrática y republicana, libertad de expresión, defensa de los derechos humanos, la promoción de la sustentabilidad medioambiental, la economía abierta y globalizada, además de las relaciones internacionales defendiendo los derechos de los pueblos a una vida digna y en paz. La defensa de las causas transversales e incluyentes, sustituyendo las plataformas ideológicas y excluyentes, permite que más clases y estratos sociales puedan colaborar en la construcción de una dinámica plural, incluyente y libertaria. Éste es el camino que tendrá que seguir la oposición en México para recobrar su lugar en la pluralidad del quehacer de la política. Al autoritarismo regresivo se le enfrentará con libertad y prácticas democráticas incluyentes.

La oposición política en México enfrenta, entonces, una encrucijada esencial. Puede refrendar sus plataformas ideológicas como única opción, exigiendo que sus votantes asuman esas estrictas directrices votando en contra de otras opciones.

O puede optar por convertirse en organizaciones que enarbolen amplias causas que unifiquen a ciudadanos en torno a “lo fundamental” (las demandas político-democráticas y libertarias de una sociedad en crisis) aunque pudieran diferir en cuanto a temas valóricos. Plataforma ideológica o causas transversales: ahí se definirá el camino a seguir.

El PRD asumió la posibilidad de transitar hacia un partido de causas transversales, abandonando la defensa de una plataforma ideológica específica. Ofreció poner su registro legal al servicio de esa visión para crear un nuevo partido capaz de competir eficazmente en las elecciones de 2021. Este esfuerzo implica reunir a un gran conglomerado de ciudadanos de orígenes diversos para coincidir en la tarea de salvar a la nación antes que naufragar con la 4T.

El futuro que se construye se denomina, por ahora, Futuro 21, y se presentó en sociedad ayer. Pretende convertirse en un partido de las grandes causas modernas del pueblo mexicano, representando su diversidad, pluralidad y aspiraciones libertarias y en defensa de la Constitución en tiempos cuando esas libertades están siendo amenazadas por un proyecto de gobierno que busca instaurar un régimen reeleccionista.

Futuro 21 convoca a un conjunto de organizaciones sociales, gremiales, de personalidades políticas, líderes de organizaciones ciudadanas, de técnicos, obreros, campesinos, jóvenes, mujeres y hombres libres, escritores, periodistas. Es un espacio de gran fermento intelectual y político, de audacia en la transversalidad y donde cada día se pierde el miedo al verdadero cambio democrático y libertario. Es la sumatoria de ideas y reflexiones desde el liberalismo y la socialdemocracia, ofreciendo una nueva visión de cómo ejercer el poder.

La buena noticia es que se construye un futuro nuevo para todos, no solamente para los fieles, no sólo para los servidores del poder público. Es un futuro que mira hacia adelante, sin prejuicios ni tabúes, y propone, concretamente, dejar de mirar en el espejo retrovisor. Futuro 21 se suma a la construcción de esa opción, diversa, libertaria, plural.

El futuro que viene será de todos. Por eso surge un rayo de esperanza que despejará esa neblina de pesimismo y tristeza que embarga a gran parte de la nación.

POR RICARDO PASCOE
RICARDOPASCOE@HOTMAIL.COM
@RPASCOEP


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