El 30 de julio se cumplió el primer mes de operaciones de la Guardia Nacional y la fotografía que retrata de cuerpo entero el avance en la integración de esta nueva corporación de policía federal, es la de sus elementos revisando mochilas en el interior de algunas estaciones del Metro de la Ciudad de México, portando armas largas y como único distintivo un brazalete con las siglas GN. Fuera de esto es difícil distinguir si se trata de un militar en activo o un policía, toda vez que los nuevos uniformes no aparecen por ningún lado.
La imagen es contundente en virtud de que refleja las contradicciones sobre su despliegue en la CDMX registradas en menos de 8 meses de gestión. La primera postura fue difundida el 21 de diciembre de 2018, en vísperas de su aprobación, cuando la Jefa de gobierno negó que la GN fuera a operar en la capital con el argumento de que contaba con los policías y las herramientas suficientes, además de que, al consultarlo con los uniformados en su día, le habían contestado que podían combatir la delincuencia por sí solos.
De hecho, la Ciudad de México supera en más de 3 veces el número de policías que recomienda la ONU para mantener la seguridad pública de una entidad, que es de 289 elementos por cada 100 mil habitantes, al disponer de 88 mil policías preventivos (INEGI).
En el fondo, el discurso de rechazo a la presencia de personal militar patrullando las calles de la capital del país ha estado presente en las últimas 2 administraciones, bajo el argumento de que no era necesario ya que aquí no operaba la delincuencia organizada.
Sin embargo, el incremento en 7.4% de la incidencia delictiva durante el primer semestre del año en curso (la mayoría con violencia), 63% en extorsión, 15.9% en homicidio doloso y 23% en robo a negocio, así como el aumento en la percepción de inseguridad en el Norte de la CDMX (Gustavo A. Madero, Iztacalco y V. Carranza), donde según la ENSU de junio de 2019, el 86.8% de su población manifestó sentirse insegura, terminaron por convencer a la Jefa de Gobierno de que lo mejor era sumar a la GN a las labores de prevención.
La primera señal de que la GN operaría en la CDMX se registró en abril de 2019, cuando Claudia Sheinbaum aceptó que era necesaria su actuación, pero sólo en la zona colindante con el Estado de México. Incluso anunció un estado de fuerza inicial de 90 elementos, que comparados con los 88 mil policías capitalinos, no implica diferencia significativa alguna.
En junio señaló que la GN solo realizaría actividades de apoyo en 6 Alcaldías con mayor incidencia de delitos, sin embargo, tras el secuestro y asesinato de Norberto Ronquillo, registrado el 4 de junio, el escenario cambió y la Jefa de Gobierno se pronunció por una mayor presencia ante las evidencias de que en la capital opera la delincuencia organizada.
Por su parte, el Presidente de la República anunció que la GN operaría en todas las Alcaldías de la capital, mientras que el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana indicó que solo actuaría en tres demarcaciones: Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tláhuac.
El Caso del doble homicidio en el Centro Comercial Artz Pedregal, registrado el 24 de julio, volvió a modificar el tablero de control policial, el despliegue de la GN y en general de la estrategia de seguridad local y federal, la cual dicho sea de paso, no termina de articularse cuando ya ha iniciado el noveno mes de gestión de gobierno.
POR FACUNDO ROSAS
EXCOMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL
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