A más de tres meses de haberse llevado a cabo las elecciones en España y de que el rey instara a Pedro Sánchez a formar gobierno, esto aún no se logra. Y es que, como se dijo en este espacio, posterior al 28 de abril (https://heraldodemexico.com.mx/opinion/el-28-a-y-el-inminente-gobierno-de-coalicion-espanol/), resultaba inminente un gobierno de coalición entre Unidas Podemos (UP), de Pablo Iglesias, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quien representa Sánchez, sin embargo, las negociaciones fallaron entre estos dos personajes y la investidura presidencial, que debió realizarse la semana pasada, no llegó a buen puerto y la sombra de un ingobierno se asoma por el territorio español, como ocurrió en 2016, cuando Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP), no alcanzó el consenso y se tuvieron que repetir las elecciones.
Así pues, teniendo en mente el primer gobierno de coalición desde la Segunda República, es decir, desde el periodo entreguerras, Sánchez e Iglesias han sostenido múltiples reuniones en estos meses, pero sin llegar a un acuerdo. El representante de Podemos alude a la falta de voluntad política y, en el caso de Pedro Sánchez, señala que Pablo Iglesias pide demasiado, puesto que le solicitó la vicepresidencia y los ministerios de Trabajo, Comunicación y Hacienda. Por este motivo, el líder del PSOE ha roto las conversaciones con Iglesias y comienza a convocar a las bases de UP y a los sindicatos, para lograr el apoyo a su investidura, ya sin charlar con Iglesias.
Con esta decisión se rompería el gobierno conjunto de izquierda y el PSOE gobernaría solo con el apoyo -externo- de los demás partidos, el PP, Ciudadanos, Vox y una parte de Podemos. Sin embargo, este apoyo resulta poco factible porque los partidos situados a la derecha del cartesiano político español intentarán alargar lo más posible este acuerdo para llegar al 23 de septiembre, fecha límite para formar gobierno antes de que -en automático- se convoque a elecciones y, a través de las urnas, tratar de revertir el resultado que le dio el triunfo al PSOE.
Sin embargo, como suele ocurrir en estos debates, se olvidan de lo más importante, la ciudadanía. Ya que las y los españoles no están de acuerdo con que se vuelva a convocar a elecciones, no sólo por el costo implícito de éstas, sino también por el momento político y económico que se vive. Por un lado, el Supremo (Tribunal) está a poco tiempo de dictar sentencia sobre el proceso independentista en Cataluña, conocido como procés, y, por el otro, una economía española que se rezaga respecto a los demás países de la Unión Europea, teniendo los niveles más altos de desigualdad, sólo por encima de Letonia y Lituania.
Si no se quiere repetir lo del año 2016, se tendrán que reanudar las negociaciones entre los partidos de izquierda y retomar la ruta de un gobierno de coalición para así poder afrontar los retos que se aproximan en España y en la UE, como es el probable Brexit salvaje que dejará estragos económicos profundos. Para esto, Sánchez e Iglesias tendrán que dejar el ego a un lado y dirimir sus diferencias para lograr un gobierno sólido y por el bien de la ciudadanía española.
POR ADRIANA SARUR
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lctl
El (in)gobierno español
El líder del PSOE rompió las pláticas con Iglesias y comienza a convocar a las bases de UP y a los sindicatos