La libramos, por ahora

El crecimiento económico de este primer semestre fue mediocre, en comparación con los últimos tres años

El día de ayer, en el último día de julio, el Inegi publicó la estimación oportuna sobre el crecimiento económico correspondiente al segundo trimestre de este año. Contrario a lo que diversos analistas pronosticaban respecto al país cayendo en una “recesión técnica”, al sumar dos trimestres consecutivos con contracciones del Producto Interno Bruto (PIB), la tasa de crecimiento para el segundo trimestre se situó en 0.1 por ciento.

Si bien la economía mexicana evitó esta etiqueta, al menos por unos meses más, de ninguna manera estamos en un momento para celebrar; la desaceleración económica es una realidad.

Si bien el primer trimestre de 2019 fue marcado por una contracción de 0.2%, entre abril y junio, el crecimiento fue impulsado por el sector servicios. Este rubro creció precisamente 0.2 por ciento, mientras que el sector primario cayó 3.4% y el sector industrial quedó estancado. La cifra tradicional del PIB será publicada hasta el próximo 23 de agosto, pero, por lo pronto, estos porcentajes indican un desempeño desfavorable para la mayoría de ramas de la economía, sobre todo la industrial.

Particularmente, el crecimiento económico de este primer semestre resultó ser francamente mediocre, en comparación con las cifras que se habían registrado en al menos los últimos tres años.

El promedio del crecimiento de los últimos seis semestres previos a 2019 alcanzó 2.3%, mientras que el promedio de los semestres iniciales entre 2016 y 2018 fue de 2.6%. Sin embargo, en estos seis meses crecimos solamente 0.3%, clara señal, y posiblemente la última, de que urgen acciones comprometidas con la estabilidad, la atracción de inversión y la generación de certidumbre.

En este sentido, el secretario Herrera anunció el pasado lunes una serie de acciones impulsadas para reactivar la economía, admitiendo que México vive una desaceleración.

Por un valor de 485 mil millones de pesos, lo anterior incluye adelantar las licitaciones programadas para el próximo año, la construcción de infraestructura y el apoyo a la inversión y consumo. Habrá que ver si, en los próximos meses, estas medidas efectivamente pueden ahuyentar el fantasma de la recesión y pueden revertir la tendencia vivida en lo que va del año.

Sumado a la fragilidad económica, está el subejercicio al cierre de junio reportado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y que asciende a más de 174 mil millones de pesos. Este subejercicio de 4.5% real respecto del año pasado indica que, en el manejo de las finanzas públicas y la economía, más que buenas intenciones, se necesitan claridad de conceptos, objetivos y herramientas para conseguirlos.

En esta coyuntura, y con pronósticos de crecimiento a la baja que se acumulan cada semana, espero en lo personal que México esté a tiempo para corregir el rumbo.

POR JAVIER GARCI?A BEJOS

COLABORADOR

@JGARCIABEJOS

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