Reforma Electoral: discurso vs. realidad

En algo coinciden los principales actores políticos del país: es necesaria una Reforma Electoral, porque la ley actual está completamente rebasada.

En lo que no han logrado ponerse de acuerdo es en qué y cómo deben modificarla. Morena y López Obrador abogan por reducir el dinero para elecciones y partidos.

Del lado de la oposición, interpretan ese argumento como un intento por desaparecer no sólo el sistema de partidos, sino la estructura electoral que costó décadas construir, en aras de controlar la organización de las elecciones en un futuro.

Esas dos visiones son las que han frenado el debate. Y aunque el Presidente ya dijo que a él no le corre prisa, dejó en manos del Congreso la decisión de retomarlo cuanto antes, lo cual fue interpretado por la oposición como una instrucción para su partido, que es mayoría.

Hay una tercera corriente de opinión que está conformada por especialistas en la materia, entre ellos, ex funcionarios electorales y consejeros del INE.

Éstos son los más reacios opositores a la reforma de AMLO y Morena, porque perciben que les urge cambiar las reglas del juego de cara a las elecciones intermedias del 2021. No descartan incluso que ese proyecto se retome en el periodo de sesiones que arranca en septiembre.

Hay dos temas que son el centro de la polémica: la desaparición de los Órganos Públicos Locales Electorales (Oples) y la reducción al financiamiento de partidos y del propio Instituto Nacional Electoral. El consejero Marco Antonio Baños ha planteado, una y otra vez, su desacuerdo con el proyecto de reforma. En el caso de los Oples, percibe que buscan sustituir una estructura burocrática con otra igual, pero controlada por Morena que tiene mayoría en el Congreso.

En lo que también difiere es en la pretensión de reducir el número de diputados de representación proporcional (las famosas pluris) porque rompería el equilibrio de fuerzas en el Congreso y daría paso a la sobrerrepresentación.

En contraste, uno de los pocos consejeros que apoya el proyecto de Morena, Roberto Ruiz (más famoso en YouTube, que por sus intervenciones en el INE), se pronuncia por la reducción de la burocracia electoral y la de los partidos. Hasta el momento, ninguna de estas dos visiones se ha impuesto. Sólo coinciden en que deben reducir el gasto en todos los rubros.

Y eso no requiere de gran ciencia. Existe un proyecto para el uso de la urna electrónica en las elecciones, con lo que se ahorrarían miles de millones de pesos.

Los comicios de 2018 tuvieron un costo de 6 mil 500 millones de pesos. Si se hubiera usado la urna electrónica, habrían gastado “sólo” 4 mil 500 millones; dos mil millones de pesos menos. Y eso sí es ahorro, no las ocurrencias que promueve la 4T.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Los malos gobernantes son elegidos por los buenos ciudadanos que no votan”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO

ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX 

@ALFREDOLEZ