Semana negra para las instituciones de seguridad

Las descalificaciones del Presidente y su secretario de Seguridad contra la PF han golpeado la moral de sus elementos

A NUESTRAS FUERZAS FEDERALES CIVILES Y MILITARES La imagen de la Policía Federal (PF) fue fuertemente dañada ayer por las manifestaciones legítimas que no han sido atendidas por el mando político de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a cargo de Alfonso Durazo. Es reprobable la violencia que sufrió la doctora Patricia Trujillo en Iztapalapa. El Presidente tiene algo de razón al tratar de inculpar a la anterior administración por el deterioro de la PF. En el sexenio anterior sólo se les dio un uniforme, hubo problemas presupuestales y políticos entre las secretaría de Hacienda (Videgaray) y Gobernación (Osorio) que mermaron sus capacidades. Sin embargo, los constantes ataques y descalificaciones por parte del Presidente y su secretario de Seguridad hacia la PF han impactado en la moral de sus elementos, al grado que vivimos la peor crisis de esta institución que morirá a la luz del nacimiento de la Guardia Nacional (GN). El problema de fondo es la homologación de salarios entre militares y federales. Un federal gana 12 mil pesos al mes, más 7 mil por operatividad, cifra muy superior al ingreso de un policía militar. Para depurar a la PF se les quiere quitar ese bono para obligarlos a renunciar. A diferencia del proceso de incorporación silencioso, no exento de fuertes discusiones internas, de elementos de la Sedena y Semar a la GN, vimos un proceso atropellado y mal operado por los altos mandos de la PF y la Secretaría de Seguridad. El grito de “fuera Durazo” que escuchamos en las manifestaciones de ayer da cuenta que el probable candidato a la gubernatura de Sonora por Morena tiene poco interés de ganarse el respeto de la institución que heredó y a la cual fue mandado a ser su asesino y sepulturero. Esta semana el Presidente hizo una declaración muy fuerte que puede redefinir la doctrina de las Fuerzas Armadas y la cual ha sido objeto del mayor debate sobre la política de defensa nacional en círculos militares. La frase textual fue “si por mí fuera, yo desaparecía al ejército y lo convertía en Guardia Nacional, es decir, declararía que México es un país pacifista, que no necesita ejército y que la defensa a la Nación, en el caso de que fuese necesario, la haríamos todos los mexicanos y que el ejército y la Marina se convertirían en Guardia Nacional para garantizar a los mexicanos su seguridad”. México necesita a su ejército y Marina para la defensa de su soberanía e independencia, no nos equivoquemos, hay amenazas externas latentes. Los primeros días de julio presenciamos un fuerte ataque a la dignidad de nuestras instituciones civiles y militares por parte de actores políticos de primer nivel. La historia los juzgará. *** Agenda estratégica: Es urgente un mayor diálogo entre civiles y militares. Recomiendo dos libros: Para comprender a las fuerzas armadas de México (2016), de Roxana Juárez, y Ejército y Fuerza Aérea: Otra visión (2018) de Arturo Ávila. Por GERARDO RODRÍGUEZ