Que Lozoya sí quiere…

Como testigo protegido, el ex director de Pemex señalaría a Enrique Peña, Luis Videgaray y José Antonio González

El Heraldo de México confirmó ayer lo que bien podría llamarse la crónica anunciada de un testigo protegido. Dice la nota principal: la defensa del ex director de Pemex propuso a la fiscalía que su cliente está dispuesto a colaborar en la investigación de la venta con sobreprecio de Agronitrogenados, a cambio de su libertad. Agrega la información que, a través de su abogado, Emilio Lozoya Austin informó a la Fiscalía General de la República que está dispuesto a proporcionar datos sobre la verdad jurídica, y aclarar la participación de funcionarios “del nivel que sea”. (Lo mismo que había dicho en su carta dirigida a la opinión pública el 10 de junio, acota el columnista). El 19 de junio comentamos en esta columna que Lozoya se había acogido a la figura de testigo protegido para soltar toda la sopa, lo que puso los pelos de punta, es un decir, a Carlos Salinas de Gortari. También a Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray, entre otros. En junio 26 volvimos a referirnos al tema, diciendo: “Si Emilio Lozoya se convierte en testigo protegido, como todo parece indicar, el expresidente Enrique Peña Nieto podría ser el elegido para bailar con la más fea, pues el ex director de Pemex podría señalarlo como presunto responsable de autorizar la compraventa de Fertinal, Agronitrogenados y otras compañías en la ruina. Peña Nieto no sería el único señalado por posibles actos de corrupción, también estaría en la lista el ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y José Antonio González Anaya (quien sustituyó a Lozoya en la dirección de Pemex), junto con otros personajes que formaban parte del Consejo de Administración de la otrora empresa productiva del Estado. Según los enterados, el anuncio de que Lozoya se acogería al esquema de testigo protegido de la Fiscalía General de la República –con lo cual salvaría el pellejo–, podría darse en unos cuantos días. Y si ya plancharon ese asuntito, ¿por qué el abogado de Lozoya insiste que a su cliente lo quieren “agarrar de chivo expiatorio y hacerlo ícono de la corrupción?”, pregunta el respetable. Bueno ahora sabemos que esa era una parte de la estrategia. La figura de testigo protegido en México ha sido utilizada por varios personajes. Para echarle el guante al Chapo, dicen los enterados, seguramente utilizaron el esquema, aunque, obviamente, no se conocen los nombres de los que contribuyeron a su localización y aprehensión. La pregunta que se hacen los perplejos, en caso de la que la Fiscalía General de la República, acepte a Lozoya como testigo protegido es: ¿además de concederle la libertad total, o hacerle una rebajita en su condena, le van a dar otra identidad, conseguirle chamba y mantenerlo toda la vida, como ocurre en Estados Unidos? Vamos a ver qué le contesta la Fiscalía General de la República, aunque dicen los expertos en la materia que lo más conveniente es que acepte las condiciones de Lozoya, pues con las pruebas que aportaría caerían rápidamente varios de los llamados peces gordos que participaron en los trinquetes. Por LUIS SOTO