El alcalde verde, el de Seúl, viene el área más contaminada

Mientras en México no hemos dado pie con bola contra la contaminación, Corea lo ha hecho desde hace una década

El próximo lunes, el alcalde de la ciudad de Seúl, Won-soon Park, visitará la megalópolis más grande y contaminada del mundo: la nuestra, y viene para hablar de las experiencias exitosas (y las amplias necesidades) del desarrollo urbano sustentable en todo el mundo, con especial énfasis en la regeneración del tejido social y la calidad del aire. Nunca mejor momento para recibirlo. Ayer, justamente, la Comisión Ambiental de la Megalópolis lanzó una nueva fase preventiva por ozono en el Valle de México; es decir, el paso previo a decretar la Precontingencia y, eventualmente, una (otra más) Contingencia Ambiental. En lo que va del año, la Zona Metropolitana –a la cual pertenecen el Edomex y la CDMX– sólo ha tenido nueve días completamente satisfactorios en la calidad del aire (Animal Político, 16 de mayo 2019). El recuento que hace el sitio web que dirige Daniel Moreno es revelador: de 2016 hasta ese día de 2019, se han suscitado 20 contingencias ambientales y 981 días, de esos mil 228, con mala calidad de aire. Equivalente a ocho de cada 10 días. En otras palabras, vivimos respirando la inmundicia. La OMS habla de 25 mil muertes al año en México, a causa de enfermedades respiratorias asociadas con la contaminación: casi 70 al día. Mientras en México no hemos dado pie con bola para atajar esa cifra funesta, la República de Corea ha puesto en marcha un plan desde hace… más de una década. En 2009, el Ministerio de Cultura y Deportes inició un Decálogo por la Sustentabilidad: una estrategia nacional llamada “El camino hacia nuestro futuro: crecimiento verde”, instaurada por el entonces presidente Lee Myung-bak. Consistió en invertir 86 mil mdd (2% de su PIB) durante cinco años, para crecer 5.8% el PIB generado por la industria verde, con la consecutiva generación de 134 mil empleos anuales. También se incrementó una quinta parte la absorción forestal de CO2 y duplicaron las energías limpias y renovables. En 2009, atestigüé la reciente recuperación del río Cheonggyecheon. A partir de la guerra entre las Coreas (que desde 1953 está en tensa tregua), Seúl vivió una explosión demográfica desmedida y borró literalmente al Cheonggyecheon: en su lugar, construyeron un viaducto de autos de dos pisos (¿suena familiar?). Embovedaron el río, como se hizo con los que fluían por el Valle de México, y el desarrollo de la cinta asfáltica se convirtió en un cínico símbolo de modernidad. Para 2003, un alcalde de Seúl presentó un proyecto de saneamiento y recuperación de ese río que se concretó en 2005: Lee Myung-bak, mismo que tres años después sería presidente, prueba que el ambiente también puede redituar políticamente. Hoy, caminar por las márgenes del Cheonggyecheon es un agasajo por la vida cultural que enmarca. El alcalde Won-soon Park se entrevistará con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y algunos otros líderes sociales y empresariales para hablar de esas experiencias, y nos acompañará en entrevistas para El Heraldo Media Group. Ojalá que haya mucha, mucha resonancia de la agenda que trae bajo el brazo. Por Hugo Corzo