Con la toma de posesión del nuevo gobierno en Panamá, el 1 de julio dio inicio un nuevo ciclo político y de gobierno en un ambiente de cambio político regional. Se completa el panorama de cambios gubernamentales en los países de la región meso–caribeña para lo que queda de 2019.
En una ceremonia sin alfombra roja, la nueva Presidencia del político y empresario Laurentino Cortizo Cohen declaró su interés en la recuperación de la confianza en el gobierno y en el impulso de la economía interna, que en la última década ha demostrado ser la más fortalecida.
En la agenda panameña se anunció la revisión de su política en el campo migratorio, consciente del aumento de los flujos provenientes de Sudamérica, África y Asia a través de su territorio. La presencia de jefes de Estado de Guatemala, Honduras, República Dominicana, Colombia, Perú, Bolivia y España, así como dignatarios de países vecinos, México, EU, China y Singapur permitió acercamientos bilaterales que dan paso a una etapa diferente de la política exterior de Panamá.
Las consecuencias de la política pronto se dejarán sentir en el accionar de Panamá en el ámbito global. Con un enfoque que liga desarrollo interno con el exterior, coincide con intereses estratégicos del resto de países latinos.
Un día antes del cambio de gobierno, la Ciudad de Panamá celebró el aniversario de la fundación del primer asentamiento hispano de carácter permanente en el litoral del Pacífico, con la presencia de una delegación encabezada por rey de España quien llegó acompañado del Ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, justo cuando Europa se reorganiza para enfrentar su relación con el exterior.
En las palabras del Jefe de Estado Español, 30 de junio, se planteó el reto de la relación hispanoamericana de cara al futuro en este momento de reorganización y nuevas competencias interregionales. El rey enfatizó el planteamiento que sostiene que "sin España no se entiende la historia de América y sin América no puede comprenderse la historia de España", apuntando a la continuidad de la reflexión sobre la relación ibérico–americana con una visión de fortalecimiento en cooperación.
De cara a la región del Pacífico, cobra importancia la participación de Panamá en la Alianza del Pacífico, para aumentar su presencia, así como con el resto de los mecanismos de América Central y El Caribe.
Lo mismo ocurre con su participación en los grupos y subgrupos regionales en el marco de la ONU, donde Panamá es un aliado estratégico. Para México, la posibilidad de fortalecer la relación con un país con el que se comparten historia y participaciones regionales se basa en un interés común, el desarrollo local que no vaya separado del desarrollo global.
Por GUADALUPE GONZÁLEZ
Con Panamá se consolida un nuevo ciclo regional
En agenda panameña se anunció la revisión del campo migratorio