El plan de negocios de Pemex busca regresar a la paraestatal a la época de oro del petróleo en México. Consiste en inyectar 270 mil millones de pesos en los próximos tres años para incrementar la capacidad de inversión. La idea es usar estos recursos para incrementar la producción de crudo y así aumentar el flujo de efectivo. Estos flujos permitirían cumplir las obligaciones de deuda de los próximos años y, a partir de 2023, regresar a la época en que Pemex financiaba al Estado. A pesar de las críticas constantes al periodo neoliberal, el plan de Pemex presentado la semana parece repetir los errores de administraciones pasadas.
De los 270 mil millones, casi 120 son para Dos Bocas. Como lo documentó el estudio del Imci, este proyecto destruye valor porque la refinación es un mal negocio. Es por esto por lo que no se ha construido una refinería de estas dimensiones en Norteamérica desde 1974. Aún si la refinería se construyera en tiempo y presupuesto, la refinería no va a ayudar a mejorar el flujo de efectivo de Pemex. Esto se parece mucho a la obsesión del sexenio pasado por desarrollar Lakach, un campo de gas en aguas profundas. En este proyecto, con el objetivo de “ganar experiencia” en aguas profundas, se desperdiciaron miles de millones de dólares en un proyecto no rentable.
El resto de la inversión es para el desarrollo de exploración y producción de 20 nuevos campos, donde la gran apuesta es Ixachi. El plan de negocios considera que este yacimiento estará produciendo 200 mil barriles diarios en 2022. Pese a que es el descubrimiento más grande en 25 años, su explotación tiene grandes retos operativos. Requiere perforar a más de 7 mil metros de profundidad en condiciones de alta temperatura y presión, algo que Pemex nunca ha hecho. Esto ya provocó que el presupuesto de inversión pasara de mil 500 a 6 mil 400 millones de dólares. Una tercera parte del aumento de producción de Pemex viene de desarrollar de forma acelerada en condiciones donde Pemex no tiene experiencia. Aunque la oportunidad está ahí, ese campo se tiene que desarrollar cuidadosamente para capitalizar su potencial. Es el mismo error que llevamos cometiendo durante 20 años. Por acelerar la producción, Pemex arruinó el campo Xanab el año pasado y desaprovechó buena parte de Cantarell.
Pemex necesita salvarse porque la última administración la dejó al borde de la quiebra. Aunque el plan de negocios acierta en incrementar la inversión, repite los mismos errores del pasado: megaproyectos que no son rentables y acelerar la producción de forma irresponsable. Si esto no fuera suficiente, busca regresar a Pemex el cuasi monopolio de más de 70 años. Al eliminar las asociaciones con privados, o farmouts, se abandonan las dos grandes oportunidades, aguas profundas y fracking, donde también hay riesgos. Como dijera, Bertrand Russell, ¿Para qué repetir antiguos errores, habiendo tantos nuevos por cometer?
Por Jorge Andrés Castañeda
¿Por qué repetir los mismos errores?
A pesar de las criticas constantes al periodo neoliberal, el plan de Pemex parece repetir los errores de administraciones pasadas