Nunca es tarde para enmendar el rumbo, más si se trata de formalizar -lo que en los hechos- ha costado tanto esfuerzo a las mujeres mexicanas: acceder a mejores oportunidades laborales en un mundo eminentemente masculino.
El Constituyente Permanente aprobó, por unanimidad, las reformas constitucionales en materia de paridad de género. De esta manera, los diversos órganos de gobierno, en todo el país, tendrán que contemplar una integración paritaria, de mujeres y hombres por igual, y de la cual nos beneficiaremos todas y todos.
Ésta es una gran noticia; en México contamos con mujeres y hombres con gran capacidad, experiencia y amor por el país. Ambos géneros tienen mucho que aportar por igual. Esta reforma abre el camino para tomar ventaja de la diversidad, al mismo tiempo que permitirá asegurar el cumplimiento de los derechos de participación que todas y todos tenemos.
Este trascendente cambio constitucional es congruente y da contenido a la política de equidad de género del presidente Andrés Manuel López Obrador. Desde que presentó su gabinete incluyó a ocho distinguidas mujeres al frente de secretarías de Estado. Y fue más lejos. Por primera vez en la historia del país, una mujer ocupa la cartera de la Secretaría de Gobernación. El contraste con los sexenios anteriores es grande, pues los gabinetes iniciales incluyeron sólo a tres mujeres con Fox, cuatro con Calderón y tres con Peña Nieto.
El empoderamiento y reconocimiento de los espacios para las mujeres ha sido una de las constantes desde el inicio de este sexenio. Con ejemplos concretos en todos los niveles de gobierno, el Presidente ha dejado claro que la mujer tiene un papel central en el desarrollo de nuestro país.
El mensaje es claro, a México lo conforman y enriquecen, por igual, sus mujeres y hombres. Y los senadores y diputados hicieron eco de esta concepción política y social al aprobar las reformas en la materia. Como senador de la República, fue para mí un honor haber votado por la aprobación de esta ley; siempre he sido un convencido de que a la mujer se le deben reconocer los espacios ya ganados, y esa fue una gran oportunidad para hacerlo.
Así, el primer paso está dado. Ahora debe ser replicado por el resto de los actores clave en el desarrollo económico del país: los empresarios que han apostado por México también están trabajando por incrementar el número de mujeres en puestos directivos. Los sindicatos también impulsaremos más y mejores puestos de trabajo para las madres de familia, las profesionistas y las trabajadoras.
En CATEM predicamos con el ejemplo. En todos nuestros comités directivos contamos con mujeres comprometidas, y estamos promoviendo cursos, y programas de acceso, encaminados a incrementar aún más su número y nivel de responsabilidades.
Porque sabemos que las responsabilidad de una familia no recae sobre un género en particular, las trabajadoras y trabajadores mexicanos cuentan con CATEM para promover el acceso a empleos dignos, sin distingo de género.
Por Pedro Haces