Como en cada mañanera, este viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador generó polémica al ventilar que un expresidente mantiene un adeudo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Fiel a la costumbre, el titular del Poder Ejecutivo no dio mayor detalle y le aventó la bolita al propio SAT, por lo que todo quedó en especulación, como si fuera un tema sin mayor relevancia.
De esperarse, generó molestia entre los posibles agraviados.
El primero en salir a manifestarse fue Felipe Calderón Hinojosa, quien calificó de dañina la insinuación para él y sus colegas, pero aprovechó para compartir la opinión de cumplimiento de obligaciones fiscales emitida a su favor.
Luego empezó a circular información de que se trataba de Vicente Fox, donde de acuerdo con la columna Bajo Reserva, de El Universal, se ha ocultado o desaparecido información sobre las empresas y montos que han sido beneficiados con la condonación del SAT durante su administración.
Sin embargo, más tarde el propio SAT, a través de Twitter, hizo un amable recordatorio de que toda información de condonaciones anteriores al 1 de enero de 2014 es reservada. Quedamos igual.
A mí lo que me tenía sorprendida era la ausencia de comentarios por parte de Fox, ya que fue hasta bien entrada la madrugada del sábado que desmintió estas acusaciones, dirigiéndose a Andrés Manuel López Obrador y preguntando si a base de acusaciones defiende su “mala administración”.
Puede ser que la demora en la respuesta se deba a que el exmandatario se encuentra en Suecia, según se pudo ver en la ubicación de sus publicaciones posteriores.
Ya siguiéndonos en el tema de las “benditas” redes sociales, generó repudio un video publicado por Jesús Robles Maloof, titular de la Unidad de Operación Regional Contraloría de la Secretaría de la Función Pública, donde sin pudor alguno, graba una despedida en versión “pasillo de honor” para una servidora que aparentemente llevaba 23 años laborando en el servicio público; después, sin la más mínima vergüenza, mencionó que se va por recorte de personal.
¿Será falta de criterio o mero cinismo?
Publicitar un despido de esa manera… sale de toda proporción.
Y hablando de falta de vergüenza, resulta que de vender el avión presidencial, como se prometió desde hace ya varios meses durante la campaña electoral, no habrá recuperación alguna.
Unicamente se terminará de pagar el arrendamiento.
Así lo expuso el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú.
Es decir, todo lo que supuestamente se iba a costear con la venta de la aeronave quedará en simple promesa. Simplemente hace unas semanas se mencionaba que el plan de emergencia migratorio saldría de ahí.
¿Quién tiene los datos correctos y quien “otros datos”?
POR AZUL ETCHEVERRY
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@AZULETCHEVERRY