En el gabinete presidencial se pensó que con la salida de Carlos Urzúa terminaría una crisis interna; sin embargo, todo parece indicar que no será así.
La gota que derramó el vaso y que provocó diferencias de criterios (que terminaron con la dimisión de Urzúa) fue el Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos que, por fin, se dio a conocer ayer con varios meses de retraso
Pero más allá de los detalles técnicos y económicos, el Plan vio la luz en medio de un mar de dudas y toneladas de críticas dentro y fuera de México. En el gobierno podrían decir que era lo esperado y natural, el gran problema es que en el propio gabinete presidencial hay escepticismo.
Por ejemplo, como en política la forma es fondo, un detalle que llamó la atención fue la ausencia del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en la presentación del Plan que hizo ayer el titular de Pemex, Octavio Romero, acompañado de AMLO. El dato no pasó inadvertido, sobre todo porque el proyecto está basado en inversiones multimillonarias para rescatar a la empresa, y porque todo pasa por una reestructuración integral en el pago de impuestos.
Eso hizo pensar que no han sido zanjadas las diferencias entre Hacienda, Pemex y Energía, entidades que, por razones obvias, uno esperaría fueran de la mano, con todo y que se dijo que el nuevo titular de Hacienda estuvo muy cerca. No se sabe si lo están o no, el punto es que tanto en Morena como en el gobierno advierten que existen dos polos opuestos.
De un lado, están Romero y la secretaria de Energía, Rocío Nahle; y por el otro, toda la parte técnica de la Secretaría de Hacienda que en su momento encabezó Carlos Urzúa, quien el fin de semana, en una entrevista con la revista Proceso, hizo públicos sus desacuerdos.
“Otra de mis diferencias tiene que ver con el Plan de Negocios de Pemex. Ese plan puede ser muy bueno y se puede sanear la situación de la empresa en tres años. Sin embargo, eso sólo será posible si evitamos proyectos como el de la refinería y nos abocamos a la exploración y producción de crudo”.
En respuesta, Nahle dijo: “Él puede opinar lo que sea. No hubo confrontaciones por el tema. Yo no sé a quién le advirtió (…) nunca me dijo nada”.
Por su parte, el vocero presidencial, Jesús Ramírez, defendió el proyecto: si en los últimos 14 años la producción cayó, este gobierno se compromete a elevarla y atacar sus grandes obstáculos ¡La Cuarta va! Pero los mercados y las instituciones crediticias no lo vieron igual.
“El nuevo Plan no se tradujo en nuevas ideas y tiene montos decepcionantes”, señaló la firma Citigroup, al advertir que es “cuestión de tiempo” para que las valuadoras bajen la calificación de Pemex.
A manera de conclusión podríamos decir que en la 4T saben lo que quieren, lo que no saben es cómo hacerlo.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Hasta que no se llevan a cabo, los planes no son más que sueños guajiros”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ALFREDOLEZ