El sargazo sí es un problema grave para las playas del Caribe mexicano

En los últimos años Quintana Roo ha venido enfrentando un problema de impacto ambiental con repercusiones económicas y turísticas, para enfrentar el arribo masivo del sargazo en las costas del mar Caribe mexicano, y aún no se tiene un plan estratégico claro.

Este fenómeno ha venido golpeando fuertemente nuestras costas quintanarroenses en los últimos cinco años y, según la comunidad científica, este arribo puede intensificarse con el paso de los años; y aún peor: si no se actúa de forma oportuna y con determinación por parte del gobierno, podría acabar con nuestras playas y arrecifes.

Quienes vivimos en Quintana Roo y quienes nos han visitado, conocemos esta alga marina. El recale de sargazo siempre ha existido, pero únicamente por temporadas, en cantidades mínimas que fueron controladas por las autoridades y, principalmente, por los hoteleros, que han mantenido las playas limpias.

En los últimos años, debido a las grandes cantidades de sargazo que arriba, ha sido verdaderamente imposible mantener limpias las playas. Peor aún, cuando no existe un plan de mediano y largo plazo para contener la llegada del alga ni su destino y manejo final.

El presidente López Obrador, en su gira por Quintana Roo, minimizó el problema del sargazo, comparándolo con la recolección de basura de la Ciudad de México. Dice el Presidente que mil toneladas de sargazo, que diariamente se levanta, pero que no es todo lo que recala, no representan un problema para su gobierno ni para el sector turístico. Entonces la pregunta cabe, para el Presidente, ¿cuándo considerará que el sargazo sea un problema? ¿Qué está haciendo el gobierno federal que encabeza para controlar este problema? Es una buena pregunta, pero la respuesta por desgracia ya la conocemos: ¡nada!

De ninguna manera comparto la visión tan estrecha que tiene el Presidente sobre la llegada masiva del sargazo. Claro que es un problema que tiene diferentes matices: el primero es el impacto ambiental, porque erosiona las playas y mata arrecifes, tortugas, peces y diferentes animales marinos; segundo, golpea la economía nacional y local en el sector turístico; y por último, puede afectar la salud de los bañistas y trabajadores que se exponen al alga.

¿Qué tenemos que hacer los quintanarroenses para que el Presidente de la República deje de minimizar esta problemática, dejando a un lado su discurso demagogo y populista? Habría sido mejor que el presidente López Obrador recorriera las playas del estado y hubiera constatado cómo está dejando el sargazo nuestras playas mexicanas. Qué lamentable que no fue así. En cambio, sólo se limitó a decir a todos los habitantes de Quintana Roo, y en especial a los que están perdiendo empleos o ingresos: ¡NI LOS VEO NI LOS OIGO! Me suena conocido.

POR MAYULI MARTÍNEZ SIMÓN

SENADORA DEL PARTIDO DE ACCIÓN NACIONAL