La ONU confirmó lo que la oposición venezolana ha venido denunciando por años: ejecuciones autoría del régimen chavista, torturas, persecuciones, represión y censura brutales. Pero el informe de Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos, también dio a conocer un tema del que poco se ha hablado: la violencia sexual.
El pasado 4 de julio, la también expresidenta de Chile, presentó en Ginebra sus conclusiones, luego su visita a Venezuela, del 19 al 21 de junio. En su viaje se reunió con miembros del régimen, de la oposición y de la sociedad civil, en particular, su equipo y ella realizaron 558 entrevistas con víctimas y testigos de agresiones de las fuerzas de seguridad; también vio a Nicolás Maduro y a Juan Guaidó.
En su reporte final, Bachelet acusa a cuerpos de seguridad como el Servicio de Inteligencia y la Guardia Nacional de delitos de violencia sexual contra mujeres, incluso contra niñas: "Las mujeres entrevistadas dieron cuenta de agresiones físicas tales como arrastrarlas por el pelo y tocamientos inapropiados, amenazas de violación, desnudez forzada e insultos sexistas y de género, con la finalidad de humillarlas y castigarlas, así como para extraerles confesiones".
Se reveló además, que la cacería contra opositores escaló a otro nivel; el régimen actúa contra familiares, particularmente mujeres, quienes son detenidas para ejercer presión sobre los supuestos fugitivos.
Ellas "son sometidas a violencia sexual, de género y humillación en sus visitas a centros de detención, durante operaciones de seguridad y allanamientos de domicilios".
Bajo el régimen chavista, denuncia la ONU, las mujeres "en particular las defensoras de derechos humanos, enfermeras, profesoras y funcionarias públicas, han sufrido ataques en función de su género mediante comentarios sexistas, violencia de género en línea y humillaciones públicas". Y en prisión, los guardias y otros reclusos ejercen presión para que intercambien sexo por privilegios, protección, incluso comida.
Pero, además de las agresiones por parte de las autoridades, la urgencia de alimento en el país es tal que cientos de mujeres se han visto forzadas a intercambiar comida por sexo.
Para dar un panorama sobre la pobreza alimentaria en Venezuela, basta señalar que el salario mínimo equivale a unos siete dólares mensuales, lo que cubre 4.7 por ciento de la canasta básica, por lo que no sirve ni siquiera para subsistir.
Durante la visita de Bachelet, el gobierno de Maduro no tuvo el tacto si quiera de frenar las agresiones contra la oposición. En esas fechas detuvo, torturó y asesinó al capitán Rafael Acosta Árevalo quien, según el reporte de la autopsia, murió por aplastamiento.
En este contexto, el líder opositor Juan Guaidó, quien dijo que no dialogaría, está en pláticas con el régimen que no muestra el menor respeto por la dignidad humana. Resultó ser más de lo mismo.
POR ALEJANDRA MARTÍNEZ
ALEJANDRA.MARTINEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX
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