No es el matrimonio es la casa que Urzúa y morena incendian

Morena como partido se incendia por las divisiones internas y el gobierno se prende en llamas por la renuncia de Urzúa

Desde el pasado lunes, analistas en medios y participantes en redes sociales por igual se han dado vuelo en difundir los resultados de la última encuesta elaborada por la empresa México Elige. Impresiona el dato —falso, en mi opinión— de que la aprobación de AMLO por la ciudadanía supuestamente viene cayendo y hoy es menor a 47%. A comentócratas de distintos medios les produce singular placer tomar como válida una encuesta que sigue una metodología no sólo dudosa, sino que ha mostrado estar errada, y cuyas cifras difieren del resto (todos los demás ejercicios serios —incluyendo los que los propios medios realizan y publican en portada— arrojan una aprobación del presidente López Obrador que varía entre 60 y 70%). Curioso, incluso, que el diario más crítico al actual ejecutivo federal, Reforma —que para muchos realiza periodismo militante—, no haya publicado recientemente ningún ejercicio que mida la popularidad del primer mandatario; ello sólo puede obedecer a una razón: que los números que ha obtenido López Obrador también son altos. El asunto es que la oposición política en el país ha hecho de las cifras que provee México Elige la señal del final de la luna de miel de AMLO con su pueblo y el augurio de una ruptura con el gobierno federal. Tristemente, la fragmentada oposición institucional y electoral en México no entiende que las debilidades de López Obrador no están por el lado de la aprobación y de su popularidad. El presidente vive una luna de miel que no nace ahora; es producto de un matrimonio añejo y muy sólidamente establecido. El amor de la gente es tal que no habría infidelidad que no le perdonara a su presidente. Los riesgos para AMLO y para la 4T están en otra parte: se encuentran en la administración y en la falta de abundancia de la casa que aloja a dicho matrimonio. Esto significa que las fallas que la oposición debiera explotar son los errores, sinsentidos y posibles ilegalidades en la gestión de la 4T, particularmente los generados desde Morena como partido, como legislatura y como gobiernos locales. Los seguidores más leales y comprometidos con la verdadera izquierda y con el Ejecutivo lo ven. Y lo señalan. Basta seguir con atención lo que comentan Pedro Miguel, El Fisgón o Julio Hernández (interpretando a los otros) para darse cuenta que el mayor problema para la 4T, su legado histórico y su suerte electoral en el corto plazo es el partido, el Movimiento Regeneración Nacional, los cuadros que lo conforman y su proceder gubernamental. Estos y otros militantes realmente cercanos a AMLO, con honestidad intelectual y hasta con tristeza indican la existencia de un reto mayúsculo para su presidente y para México: que su casa, Morena, pueda seguir la suerte del PRD o, peor aún, del Revolucionario Institucional, y entonces sí tirar al matrimonio, al amor y a la herencia política e ideológica, todo de tajo. Morena como partido se incendia por las divisiones internas y el gobierno se prende en llamas por la violenta renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda. Urge que AMLO llame a los bomberos. POR VERÓNICA MALO GUZMÁN VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM  @MALOGUZMANVERO