El truco más celebrado de Satanás… fue convencernos a todos de que el diablo, no existe.
Esto es lo primero que se me ocurrió cuando supe de los supuestos miembros de ISIS (Estado Islámico), capturados en Nicaragua cuyo destino final era EU, a través de la frontera con México. La idea de que hay fundamentalistas locos de varios países, que disfrazados de indocumentados, entran a Estados Unidos por México, siempre me irritó por lo racista del concepto. Como somos todos color café, pues simplemente no hay diferencias físicas visibles entre un hondureño y un afgano.
¿Ve usted el absurdo?
La alarma sobre terroristas infiltrados por México empezó a circular después de los ataques en NY y Washington el 11 de septiembre de 2001.
En 2005, entrevistando a Janet Napolitano, siendo ella secretaria de Seguridad Nacional de George W. Bush, sobre lo anterior, su respuesta cuidadosa fue que los gobiernos de EU y México, con todas sus unidades de inteligencia trabajando juntas, no habían encontrado evidencia.
Lo mismo se repitió con otros gobiernos y otras versiones de supuestos infiltrados de Al-Qaeda, de Hezbollah y ahora de ISIS.
En abril del 2015, la embajada mexicana en Washington negó que en Anapra, al oeste de Ciudad Juárez, existiera un campo de entrenamiento de ISIS. Y Beto O’Rourke, ahora precandidato a la Presidencia, pero hace un par de años aún congresista por El Paso, recordó que Estados Unidos gasta cada año 18 mil millones de dólares en servicios de inteligencia, para detectar al verdadero peligro terrorista, el de los fanáticos radicalizados; muchos ciudadanos de este país, que viviendo aquí son células durmientes del terrorismo internacional.
El gobierno mexicano prometió la semana pasada investigar e informar qué hay de cierto en el último reporte sobre dos iraquíes y dos egipcios capturados en Nicaragua que supuestamente entrarían a EU por México pretendiendo ser refugiados centroamericanos, para, con terrorismo, crear caos económico. Hay mucha gente en EU con gran curiosidad por ese informe porque las cosas ya cambiaron.
Y esto lo sabemos gracias a Panamá y Costa Rica y su nueva política "flujo controlado"; operación que inicialmente fue para detectar haitianos cruzando al continente para subir caminando a EU. La sorpresa es que se encontraron que africanos de Camerún, Ghana, Eritrea y Etiopía ya se habían mezclando con los haitianos para asilarse.
Imagine usted como lo anterior aumentó la alerta al descubrir también qué gente de países islámicos como Siria, Irán, Pakistán, Afganistán, Bangladesh y 30 otras naciones con terrorismo activo, como Egipto, se han mezclado recientemente con los centroamericanos.
Conclusión: con estos resultados no puedo declarar que el diablo no existe. Sería ceguera necia; ignorar esta situación es no darnos cuenta de que el peligro es real y que, como le advertí, los tiempos ya cambiaron.
Por Armando Guzmán
*Periodista
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