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¿Algo qué festejar?

OPINIÓN

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El Presidente de la República convocó a todos los sectores de la población para festejar el primer aniversario de su triunfo en las elecciones del 1 de julio, y de los primeros siete meses de su administración.

Sin embargo, los escépticos y críticos de la 4T, que cada vez son más, preguntan: ¿Y qué vamos a celebrar? ¿Que hay millones de desempleados, igual número de ciudadanos y ciudadanas cuya condición económica está peor que el 1 de julio del 2018? ¿Qué seguimos teniendo un mediocre crecimiento económico? ¿La incertidumbre de los inversionistas nacionales y extranjeros sobre el futuro de la economía, que ha provocado que nuevos y viejos proyectos estén detenidos? ¿Qué NO existe una estrategia contra la delincuencia organizada y desorganizada, por lo que casi todo el país se encuentra inmerso en la violencia y la inseguridad? ¿Que muchos de los integrantes del gabinetazo son inexpertos, ineficientes y de lento aprendizaje (como los calificó el senador Ricardo Monreal) y que andan como chivos sin mecate?

¿La inexistencia de políticas públicas en el sector Salud, Educativo, Energético, Social, de Comunicaciones…? ¿El combate a la corrupción, donde hasta la fecha no ha caído ningún pez gordo? ¿Los recortes al presupuesto y a varios programas? ¿El anuncio de proyectos faraónicos como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y otros? ¿El combate a los huachicoleros que fue una “llamarada de petate”? ¿Los Programas para el Bienestar, que no son más que dádivas para los más pobres, y que tienen como objetivo asegurar votos en las futuras elecciones?

La triste realidad es que, a un año de aquel triunfo histórico, la población sigue desconfiando de todo y de todos; del gobierno, de las políticas y programas establecidos en los primeros siete meses de la administración de la 4T, de las decisiones que ha tomado el Presidente de la República. No basta declarar que el pueblo sabio haya decidido el 1 de julio de 2018 echar al PRI de los Pinos.

Hay que demostrarle a la sociedad que efectivamente NO volvió a equivocarse. Tampoco se puede afirmar que hoy existe esperanza y aliento de que nos va a ir a toda madre (como afirman algunos gobernadores priistas), o “requeté bien”, como presume el Presidente de la República, pues la realidad es que, en los últimos 12 meses, una buena parte de quienes votaron por el cambio están desilusionados, y sólo le queda la esperanza, la fe... de que el próximo año se componga la situación. Demasiado pronto para “echar las campanas a vuelo”, acotan los críticos del actual gobierno, que cada vez son más, y quienes también preguntan: ¿Es México un país mejor que el del año pasado?

Las respuestas se dividen según les haya ido en los últimos doce meses. Unos dicen que Sí, y otros que NO. Los agoreros del desastre afirman por su parte que, si el gobierno de la 4T sigue por el mismo camino, vamos a terminar en el precipicio. ¡Que la boca se les haga chicharrón! 

POR LUIS SOTO

LUISAGENDA@HOTMAIL.COM 

@LUISSOTOAGENDA