La semana que está por terminar no fue precisamente la más venturosa para el Presidente. Sus declaraciones de los últimos días pueden llevarnos de la risa al llanto en un instante. Es claro que él vive su propia realidad y no importa lo que digan u opinen los demás. Lo mismo desacredita a periodistas, académicos, intelectuales, funcionarios o políticos.
En Quintana Roo, tuvo la osadía de afirmar que la contaminación por sargazo, que afecta las playas más hermosas de México, es un problema menor. Para López Obrador, las mil toneladas de sargazo que se retiran todos los días de las playas quintanarroenses son “un problema heredado” y magnificado por sus adversarios para desacreditar al nuevo gobierno. Los científicos señalan al cambio climático como la causa más probable de la reproducción exponencial de sargazo que inunda el Faribe mexicano.
En esa lógica, puede usted sumar a ambientalistas, científicos, hoteleros, meseros, restauranteros, taxistas, al cambio climático y al compló de la Mafia del Poder.
El miércoles, en Ecatepec, López Obrador aseguró que gobernar “no tiene mucha ciencia”. Consideró que “la política tiene más que ver con el sentido común”, “con el juicio práctico”. Su sentido común le indicó que el problema del sargazo se resuelve recogiéndolo del mar antes de que llegue a las playas. Basado en su juicio práctico, instruyó al secretario de Marina a que construya embarcaciones especiales para interceptarlo en altamar. Sólo falta decidir cuántos barcos se necesitan, cuánto cuestan, con qué dinero se van a construir, cuándo estarán listos y cuántos marinos dejarán sus actuales funciones para irse a pescar sargazo. ¡Fácil!
El senador Ricardo Monreal, pieza clave para el triunfo electoral de López Obrador, político serio y profesional, declaró que “se necesita un gabinete más cercano al Presidente”. Reconoció que “la curva de aprendizaje ha sido larga, pesada”. Sus declaraciones cimbraron a los fans de la 4T, pero fue cuidadoso con AMLO. “Siento al Presidente que hace todo y necesita que su gabinete lo acompañe más”.
El Presidente respondió, otra vez, de acuerdo con su realidad. “Respeto la opinión del senador Monreal, pero no la comparto”, dijo. Ante la pregunta expresa de la prensa, López Obrador dijo que su gabinete merece un diez. ¡Y cómo no!, si tenemos a un ingeniero agrónomo con cero experiencia en la industria petrolera o energética, al frente de Pemex! También a un secretario de Seguridad Pública que jamás había tenido a su cargo la seguridad de nada; o a una secretaria de Economía que no reconoce la desaceleración económica del país y dice que vamos muy bien; a una secretaria de Cultura que presta el Palacio de Bellas Artes para un evento religioso sin explicación alguna.
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BON APPÉTIT: Podría seguir, pero se me acaba el espacio de la columna y tengo que preparar mi outfit para el bailongo del próximo lunes, en el Zócalo.
Por ALEJANDRO CACHO
La realidad, según AMLO
Es claro que vive su propia realidad y no importa lo que digan u opinen los demás