G19

La cumbre de este año, a celebrarse en Osaka, Japón, se sitúa en un momento marcado por tensiones comerciales

A 20 años de su instauración para ministros de Finanzas y 11 para jefes de Estado, el G20 es el foro de coordinación económica y política más importante entre las economías más poderosas. La cumbre de este año, a celebrarse este fin de semana en Osaka, Japón, se sitúa en un momento marcado por tensiones comerciales, debido principalmente por las políticas impuestas por Estados Unidos a China. A pesar de la importancia del foro, por la posibilidad de construir acuerdos estratégicos con naciones de peso y la coyuntura migratoria que atravesamos, el presidente López Obrador decidió no asistir a esta cumbre. Si bien el objetivo inicial del G20 consistió en ser un paliativo para la crisis económica internacional de 2008, gradualmente transitó hacia la implementación de estrategias enfocadas hacia la estabilidad del sistema financiero mundial y la prevención de crisis similares a la de hace una década. En ese sentido, México ha sido un protagonista de la agenda desde un inicio, encabezando la cumbre en 2012; con liderazgo incontrovertible, ese año se alcanzó la recapitalización del Fondo Monetario Internacional y la adopción del Plan de Acción de Los Cabos, que incluía compromisos en materia de política fiscal y monetaria. En esta ocasión, el foco estará sobre la reunión bilateral entre Xi Jinping y Donald Trump. Los mercados, y, sobre todo, los consumidores de ambos países esperan que los líderes de las dos economías más grandes del mundo puedan tener algún avance para acabar con la guerra comercial. Cualquier señal positiva será bien recibida, considerando que, además, se llevarán otras bilaterales que involucran a Rusia, Japón y Corea del Sur. En un foro que representa a dos terceras partes de la población mundial y cuyas economías poseen 90 por ciento del PIB global, esperemos que la defensa del libre comercio pueda guiar las conversaciones. En cuanto a nuestro país, a pesar de la presencia del secretario Urzúa y el secretario Ebrard, varios mandatarios ya han comentado la ausencia del Presidente. Viendo a México no como la potencia emergente que es, sino como un país en desarrollo que no tiene tiempo para pensar en la orquesta internacional, el Presidente ha decidido enfocar todo su tiempo y esfuerzo en la política nacional. Con ello, el poder coordinar esfuerzos en materia monetaria, posicionar una buena imagen de nuestro país para atraer inversiones y poder iniciar el sexenio con un mensaje positivo al exterior, son lamentablemente oportunidades perdidas. Más allá de nuestros pendientes, debemos reconocer que estos espacios son indispensables para formar agenda y perseguir objetivos. Claro que hay problemáticas en casa, pero eso no significa que los dos escenarios deben estar peleados. No podemos darnos el lujo de perder el terreno ganado en la cancha global; el presente y el futuro de México demandan que tengamos posiciones claras sobre los temas que nos afectan en los foros más importantes del mundo, y más frente a lo que hemos vivido en estos últimos meses. Por Javier García Bejos