Una vez más la derecha reaccionaria cayó en las trampas que les pone el Presidente. Ante el anuncio de que México donaría 30 millones de dólares para El Salvador, para llevar el programa Sembrando Vida, las redes ardieron. No faltó quien se rasgara las vestiduras vociferando que cómo era posible que ante los recortes en México, se diera ese dinero.
Que quede claro: el gobierno no le está quitando dinero a los hospitales, escuelas, programas ambientales o cerrando el IMER para darle el dinero a El Salvador. Los recortes draconianos y la pobreza franciscana, que afectan principalmente al IMSS (10.9 mil millones de pesos) e ISSSTE (4 mil millones de pesos), son para Pemex. Lo dice explícitamente el memorándum del 3 de mayo: “Por tal motivo, y de acuerdo a nuestras prioridades, hemos decidido destinar todo lo ahorrado con estas medidas a incrementar los beneficios fiscales adicionales que se otorgarán a Pemex”.
Como lo dijo Alejandro Hope, esos 30 millones son parte de la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID), a la cual México lleva contribuyendo más de 50 años. Entre 2013 y 2017, la CID de México, administrada por la AMEXCID, sumó 1.65 mil millones de dólares, un promedio de 330 millones al año. Consiste en cooperación técnica ofrecida a través del intercambio de expertos, becas a extranjeros para realizar estudios en México, contribuciones a organismos internacionales, ayuda humanitaria y cooperación financiera. Por ejemplo, México donó 24 millones de dólares para la carretera Villa San Antonio–Goascorán, en Honduras. Si acaso, los montos de la CID de México son insuficientes para un país de nuestro tamaño y nuestra economía. La CID puede ser un instrumento útil para mitigar las condiciones de violencia y pobreza que obligan a miles de migrantes a solicitar asilo. Sin embargo, no nos dejemos engañar con espejitos. Esa cooperación no puede ser plantar arbolitos. Eso no va a hacer que miles de centroamericanos dejen de buscar llegar a EU.
El programa Sembrando Vida es una ocurrencia más del Presidente. Al 31 de marzo, el Fondo de Infraestructura para países de Mesoamérica y el Caribe contaba con 150 millones de dólares. Se destinará una quinta parte del fondo, sin ningún análisis de necesidad, ni mecanismo de seguimiento, a un programa que le gusta al Presidente en un país que tiene un mandatario que es su amigo.
Los opositores tienen que dejar de caer en críticas inocuas. La histeria sobre este anuncio no hace más que abonar la xenofobia que se empieza a ver en las encuestas y en redes sociales. Que México participe en los esfuerzos internacionales de cooperación está bien. Incluso contribuye a mitigar la visión insular del Presidente. Pero hay que exigir que se haga bien, en programas que atiendan las necesidades específicas y con mecanismos de evaluación y como parte una política integral, no en caprichos del Presidente.
Por Jorge Andrés Castañeda
Cooperación internacional para el desarrollo
Los opositores o críticos al actual régimen tienen que dejar de caer en las críticas simples e inocuas