Aquí y allá

El hartazgo hacia los políticos puede llevar a los electores a decisiones contraproducentes

Washington, D.C.- ¿Qué pasa cuando los votantes ponen al frente de los gobiernos a gente que no tiene idea de cómo funcionan? La pregunta podría ser retórica o servir de ejercicio teórico si no fuera porque se está presentando en la realidad. En distintas latitudes, electores hartos de los partidos tradicionales, de los políticos de siempre o, incluso, del monótono ritmo de las democracias han optado por candidatos antisistema, independientes, apolíticos. De manera menos o más justificada, han usado su voto para castigar a una clase política arrogante y desconectada de la ciudadanía. El problema es cuando pasa la euforia y hay que vivir con la decisión tomada. Uno de los temas complicados es la continuidad del gobierno. No de la orientación ideológica de las políticas públicas, sino del funcionamiento de la administración federal. Imaginen las escenas. Luego de la elección, los nombramientos del presidente son pocos y desconectados: algunos llegan sin el menor antecedente sobre sus cargos y facultades. Otros simplemente tiraron a la basura las carpetas informativas que se les prepararon. No quieren saber, quieren acabar con lo anterior. Asuntos como los programas de alimentación o almuerzos escolares quedaron sin recursos. La secretaría del ramo no tendrá suficiente personal para elaborar el censo de 2020. En el área energética, no habrá suficientes inspectores para localizar y desmantelar mercados negros de uranio antes de que lleguen a manos de terroristas. No hay quien se encargue del centro para control de enfermedades, en caso de brotar una epidemia. Son casos de la vida real recopilados por Michael Lewis en su libro El quinto riesgo, sobre la situación en la administración Trump. A más de dos años de mandato, de 715 funcionarios que requieren aprobación del Senado faltan 152 por designar y 127 por ratificar. De los 436 que han llegado, preocupa la indolencia y menosprecio al servicio público. El mensaje al gobierno saliente fue claro: no necesitamos entender su trabajo, sólo queremos que se vayan. La ignorancia deliberada, dice Lewis, juega un papel en estos desastres anunciados. Si se pretende obtener ganancias de corto plazo, sin importar lo que pase después, resulta conveniente ignorar los costos. El desconocimiento ayuda y la experiencia estorba. El conocimiento y las capacidades molestan a quienes quieren reducir el mundo a una visión simplista. Sucede aquí y allá. La cena.- Extraña, por decir lo menos, la cena privada del consejero especial y yerno del presidente Trump con el presidente de México, en casa de un empresario de la televisión. Curioso que el mismo día en que la SRE anunciaba el benéplacito para el embajador propuesto por la Casa Blanca, Kushner y López Obrador obviaran todas las formas oficiales y diplomáticas para acordar en privado temas de la agenda bilateral. Convendría tener mayores explicaciones.  

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@veronicaortizo