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Berlín en Letras Libres

Krauze es hoy objeto de las mismas instigaciones organizadas ayer desde su panfleto; dice que es sólo un ciudadano

OPINIÓN

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En su libro, Tatiana Clouthier acusa a Enrique Krauze de diseñar una estrategia para perjudicar la campaña de AMLO. Informa que el historiador y Fernando García Ramírez, presuntos integrantes del grupo Berlín, fueron financiados por varios empresarios. A no ser que haya indicios de delito, el escándalo parece desproporcionado. Pero algo invita al reparo. En entrevista con Gómez Leyva, Krauze se mostró titubeante y azorado. Al denunciar una campaña en su contra, olvidaba las impulsadas desde Letras Libres. Exige derecho de réplica, pero no lo respeta en su revista. Krauze es hoy objeto de las mismas instigaciones organizadas ayer desde su panfleto. Dice que no pertenece a ningún grupo de poder y que es sólo un ciudadano. No dice que ha utilizado durante años la revista para imponer su antojo y el de sus adláteres en el medio cultural y académico de México. El consejo editorial de la gaceta incluye a Guillermo Sheridan. Al parecer éste señor siempre ha vivido al cobijo del poder que asegura su impunidad. Un par de apuntes. Maestro de la UNAM, desde hace varios años trabaja en la Universidad de Austin (Texas). La UNAM permite una ausencia de la institución no mayor a tres años, al cabo de los cuales el beneficiado pierde la plaza si no se reincorpora. Existen sospechas de que sigue recibiendo el sueldo y otros beneficios de la UNAM, además de los de su actual institución. Goza del nivel I o II del Sistema Nacional de Investigadores, cuando todo apunta a que no cumple con su reglamento. Declara Krauze que se representa a sí mismo, los hechos indican que también a sus comparsas. De otra manera no se entiende que el señor Sheridan utilice Letras Libres para amedrentar y humillar a dictaminadores del SNI y a trabajadores de la UNAM excusando libertad de expresión. Krauze denuncia que lo criminalizan. Nunca ha levantado la voz cuando desde su revista otros son criminalizados. Letras Libres no merece otro trato que el que dispensa. La financiación de la gaceta a cargo del erario es ofensiva. Letras Libres defiende un interés de grupo pretextando la cultura. El maquillaje de la pose y el elitismo de bisutería ya no disfrazan la abyección. El intelectual dilapida la autoridad cuando subasta la crítica y el libre examen. Clouthier ejerce su libertad de expresión que no es privativa de nadie. Las reacciones de Krauze a las recientes informaciones mucho tienen de soberbia, presentándose como dueño de la libertad de expresión y de la crítica hacia el poder, como liberal ejemplar. Todo esto contradice el liberalismo que reside en el respeto a la libertad de los demás. Victimizarse es una frivolidad. La polémica, sin embargo, radiografía con exactitud la catadura intelectual y moral de la camarilla.  

Diacrítico: Lo que era un secreto a voces es ya de dominio público. Confiados en su impunidad, se percatan de que la han perdido. ¿Simonía intelectual? Berlín es una anécdota, pero no las actuaciones de algunos colaboradores de Letras Libres.

 

JCAMACHO68@GMAIL.COM JORGE CAMACHO

@CAMACHO_JORGE