Miguel Osorio Chong: ¿Revocación de mandato o campaña electoral?

El pasado jueves 14 de marzo, la Cámara de Diputados aprobó una reforma constitucional en materia de Revocación de Mandato, misma que será discutida en el Senado de la República durante estos días. La minuta, tal y como fue aprobada, tiene aspectos preocupantes. En primer lugar, no contempla un mecanismo claro de cómo se llevaría la revocación en caso de que así lo decidiera la ciudadanía. Es decir, la pregunta implícita detrás de esta propuesta no es: ¿desea usted revocar el mandato del titular del Ejecutivo? Sino: ¿desea usted ratificar dicho mandato? La diferencia, aunque sutil, es importante, ya que no se desdobla una forma de revocar al gobierno en turno, ni se estipula el llamado a elecciones u otra forma de sustituir al gobernante “revocado”. Simplemente es, sí se ratifica, bien, si no se ratifica, no pasa nada, ya que la reforma no específica qué debería suceder. En segundo lugar, la reforma aprobada por la Cámara de Diputados contempla que sea el propio Presidente de la República el que convoque a la consulta de revocación. Esto es un contrasentido, ya que se trata de que este mecanismo de democracia participativa sea una herramienta al servicio de la movilización ciudadana, no al servicio de la movilización del gobierno y su partido. Tercero, y aunado a lo anterior, se plantea que el ejercicio de revocación se realice el mismo día de las elecciones intermedias. Concretamente, en la elección de diputados federales de 2021. Entonces, si sumamos que la “reforma” no contempla mecanismos efectivos de revocación, que puede ser utilizada por el gobierno en turno y no sólo por la ciudadanía, y que la quieren empatar con un proceso electoral de otra naturaleza, dándole al gobierno la posibilidad de hacer campaña, queda claro que lo que se busca, más bien, es dar ventaja electoral al partido en el poder. Es decir, con la propuesta de revocación de mandato aprobada en la Cámara de Diputados, se busca favorecer la acción electoral del gobierno federal, rompiendo principios básicos de la competencia democrática, como son la equidad y la imparcialidad en la contienda. Se trata de principios y condiciones que nos ha costado décadas construir, y que hoy, como ayer, nos toca defender. Es por todo lo anterior que las y los senadores habremos de buscar modificar la reforma que se está discutiendo, con el fin de garantizar el avance de los mecanismos de democracia directa -como la propia de revocación-, y de evitar ejercicios de simulación que generan inequidad y falta de certeza en los procesos electorales, y que en la práctica significarían un retroceso democrático.  

@OSORIOCHONG