Semana redonda

No sólo es la alta aprobación, sino que el Presidente es propietario del momento, maneja la narrativa y controla la agenda

Apenas vamos en miércoles, y el Presidente ya tuvo una semana redonda. El lunes, arropado por encuestas que le dan en el arranque de su gobierno una aprobación que ronda 80%, dio un mensaje por sus primeros 100 días en Palacio Nacional. Cifras alegres, aplausos, buenas noticias, más aplausos, compromisos cumplidos -62 de 100 que se trazó el 1 de diciembre-, aplausos otra vez. Andrés Manuel López Obrador en las nubes de la popularidad. No sólo es la alta calificación que los mexicanos le dan a él, que no a los resultados de gobierno, imposible medirlos en tan corto tiempo, sino que el Presidente es propietario del momento, maneja la narrativa y controla la agenda pública. Avanza sin contrapesos. Ayer su candidata a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel, fue avalada por más de dos terceras partes del Senado, de una terna donde las otras dos aspirantes, Celia Maya y Loretta Ortiz están ligadas a Morena. La primera, fue candidata en Querétaro, la segunda fue diputada federal. El Presidente ganó un asiento en la Corte. Para hoy, el dictamen que crea la Guardia Nacional, aprobado hace casi dos semanas por la Cámara de Diputados, luego de que el Senado hiciera lo propio, habrá sido avalado por las 32 entidades del país. El eje en la estrategia de seguridad de López Obrador no sólo fue aprobado unánimemente por todos los Congresos estatales del país, sino que ha sido legitimado por todas las fuerzas políticas. El Presidente tiene, prácticamente, un cheque en blanco. Es mitad de semana y el Presidente ha dejado en claro que es popular, que el gobierno es él, que nadie es lo suficientemente hábil para contrastar con su Presidencia –mucho menos para ponérsele enfrente-, que podrá compartir el riesgo de la creación de la Guardia Nacional y, de paso, demostró que controla al Congreso. Nada mal para ser miércoles.

Off the record: Otra operación quirúrgica de Ricardo Monreal. Cuando en la primera votación Morena y sus aliados habían votado fragmentados, y los votos de la oposición se dividieron entre nulos y contra la terna, el coordinador de Morena hizo llamadas, se sentó con los coordinadores de PAN, PRI, MC, PRD, Verde, PT y PES, y cruzó palabras con algunos de sus compañeros de bancada que por la mañana habían mostrado resistencia a respaldar a Yasmín Esquivel para ocupar una vacante en la SCJN. El presidente López Obrador estaba claro de quien era su candidato, Monreal también, y así operó… No sólo fueron los votos de Morena, hubo panistas y priistas que terminaron respaldado a Esquivel. Sin ellos no sería ministra de la Corte… Sólo una llamada desde Palacio Nacional impidió que Loretta Ortiz siguiera operando en su favor, tratando de convencer a senadores de Morena y oposición.

   

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