¿Qué aprender de las calificadoras?

La soberanía todavía puede ser un concepto cultural; pero nada que ver con la economía

La opinión de las calificadoras no puede ni debe limitarse. Cumplen una función específica y ajena a la norma legal y constitucional del gobierno mexicano. Son los perros guardianes de las corredurías bursátiles y de los fondos de inversión, a ellos se deben y para eso fueron creadas. Pero, ¿qué nos enseña su opinión sobre la economía mexicana? Primero, que sus observaciones son sobre resultados del desempeño gubernamental. Puntualizan el periodo y los programas que han causado o pueden fomentar inseguridad en el inversionista, en los mercados y el desarrollo, por sus previsibles y analizadas consecuencias. Que la soberanía tal como es concebida por muchos funcionarios y legisladores de la 4T, hace 30 años dejó de existir; por las comunicaciones satelitales ?inaugurada por la presencia de las antenas parabólicas?, después por la revolución cibernética que estatuyó el tiempo real en los mercados financieros a nivel global, benefició la comunicación instantánea entre integrantes de la sociedad y entre sociedades de distintas naciones, facilitó las redes sociales y la observación constante de la actividad gubernamental. Por el momento la globalización es un hecho irreversible, y con ella a cuestas han de tomarse las decisiones políticas y económicas que afectan a países, regiones y continentes. Reorientar el futuro de Pemex dejó de ser un asunto nacional, porque esa empresa está globalizada en su deuda e inversión a futuro. La Reforma Energética es algo más que un compromiso económico, es un proyecto de desarrollo que ha de considerar que los combustibles fósiles serán utilizados cada vez menos. En un video del CEO de Renault, éste anuncia que en 2024 un 80 por ciento de los vehículos producidos por su empresa serán eléctricos. En 5 años sabremos si su profecía se convierte en realidad. Las calificadoras no fueron las únicas en poner un foco rojo a la manera en que se conduce el proyecto económico de la regeneración nacional, unos días antes Banxico expuso las razones por las cuales el PIB será menor a lo estimado. Que no gusto a AMLO, equivale a decir que tampoco siente afecto por la realidad cuando ésta no coincide con sus proyectos de constante campaña política. Lo dijo: es líder de un movimiento social. Ojo, las calificadoras no advierten a la sociedad ni compiten con los movimientos políticos, pero sí deben ser vistas como observadoras de las consecuencias inmediatas producidas por las políticas económicas de un gobierno. Éste ha de determinar si atiende a razones, o se hace el que la Virgen le habla, como parece ser el caso de la 4T. Después del rechazo inicial a la evaluación de la economía mexicana, AMLO, siempre fiel a su habilidad política y a su recurso retórico, se desentiende de lo que no puede “englobar” en su esfera de poder, porque limita sus pretensiones históricas y políticas. Insistirán en convencernos que vamos de poca, que hay confianza jurídica de sobra, porque la patria y la realidad son ellos.  

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