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Una población que se arma

Capitalinos recurren al comercio informal y a internet para conseguir objetos para protegerse

OPINIÓN

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Un sector de la población ha empezado a adquirir armas de protección personal, ante un temor colectivo provocado por las agresiones e intentos de secuestro de mujeres jóvenes en las inmediaciones del Metro. Frente a este fenómeno, el Gobierno de la Ciudad de México no logra articular una estrategia que dé tranquilidad a las familias. Es un tanto contradictorio que las autoridades capitalinas desplieguen su campaña de desarme voluntario en las diferentes alcaldías, cuando en los tianguis, puestos callejeros y en portales de la web se ha incrementado la demanda de pistolas de descarga eléctrica, gas pimienta, collares que guardan algún tipo de punta o diversas herramientas que pueden servir como arma de defensa. Esta situación es sumamente peligrosa, pero refleja la desesperación de la gente, porque nadie quiere escuchar otra vez la historia de que subieron a un vehículo a una jovencita, por eso es preferible armarse con lo que sea para poder presentar resistencia. Por menos de 100 pesos se consigue en los tianguis de la alcaldía de Cuauhtémoc un spray de gas pimienta de tamaño mediano, incluso el vendedor comenta que este artículo empezó a escasear este fin de semana; en otro puesto hay todo tipo de navajas que vienen ocultos en artículos personales; en pleno eje Central, en el corredor de puestos de las plazas, se venden taser, conocidos como pistolas eléctricas, de diferentes formas y tamaños. Con cartulinas de colores anuncian que son para “defensa personal”. Este tipo de armas también son un riesgo para su seguridad, pues la gente no tiene un conocimiento formal del uso o entrenamiento, además pueden afectar a inocentes y se multiplica ese temor colectivo. Por eso es fundamental que la autoridad, Jefatura de Gobierno, Secretaría de Seguridad Ciudadana y Procuraduría local generen tranquilidad. Hace menos de dos semanas la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, encabezó este programa en la alcaldía de Iztapalapa, y en la madrugada del domingo 17 de febrero fue rafagueado un grupo de jóvenes que se encontraba en Los Reyes, Culhuacán; entonces, al parecer, la despistolización no llega a los sectores que provocan la violencia y la delincuencia en la ciudad. Hasta los ambulantes le ganan el discurso de solidaridad con la población al ofrecer apoyo en caso de una emergencia. En el Congreso de la Ciudad de México ya hay algunas propuestas y puntos de acuerdo medio perdidos, pero el tema empieza a crecer. El equipo de transición tuvo meses para integrar una estrategia de combate a la delincuencia, que hasta el momento no se ha desplegado. El nuevo gobierno sabía de qué tamaño era el reto, después del desastre que dejó Miguel Ángel Mancera y para eso debían estar preparados. Urgen acciones que den certeza a la población de que se combate realmente a la delincuencia, porque si esperamos que permee el discurso de desarme y paz, los criminales asentados en la capital seguirán dándose un festín.  

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@esbarajas