Unos hipócritas

Así se refirió Andrés Manuel López Obrador al hablar de la calificadora Fitch Ratings al evaluar a Pemex

Por increíble que parezca, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, dijo que la calificadora Fitch Ratings, la que bajó el grado de inversión de Petróleos Mexicanos de BBB+ a BBB- es muy hipócrita. La declaración, alejada del vocabulario financiero, demuestra que estos asuntos no son del dominio de nuestro empleado de Palacio Nacional. Una calificadora como Fitch Ratings no tiene afrentas personales, ni es un partido político, ni responde a un interés particular de grupo, de gobierno o personal. Es una firma de análisis financiero cuyo trabajo es calificar la calidad de la deuda de los países y sus entidades, para que inversionistas que van a comprar deuda tengan la certeza de que su inversión redituará como lo proyectan. Nada mas y nada menos. Juan Musi, analista financiero, me compartió en entrevista que actualmente son tres las firmas de calificación más importantes y reconocidas en el mundo: Fitch Ratings, Standard & Poor’s y Moody’s. Las tres son consultadas por los grandes fondos de inversión para comprar deuda, para ello buscan información de la solidez de cada país donde realizarán sus inversiones. Nos explicó que una condición para hacer estas inversiones es tener un “grado de inversión”; la mejor calificación es AAA+ y la peor es CCC-. Cuando la calificación es buena, el país se vuelve atractivo para las inversiones. Petróleos Mexicanos está colocada en la calificación mas baja de grado de inversión. De producirse otra degradación por parte de la calificadora, quedaría en CCC+, donde los bonos son considerados chatarra y por supuesto nadie los compra. Juan Musi explicó que estas calificadoras tienen mucha autoridad, lo que ellos dicen influye totalmente en las decisiones de inversión. Con esta calificación de Fitch, el problema inmediato para Pemex es que tendrá que pagar algunos cientos de millones de dólares al año adicionales sólo de intereses, dinero que tendrá que salir del erario. El mismo miércoles en la noche, la calificadora Moody’s anunció que no modificará la calificación de Pemex durante seis meses para darle “el beneficio de la duda”, ya que hay varios proyectos “y parece que quieren seguir trabajando con privados”, dijo Nymia Almeida, vicepresidente senior de Moody’s. Desafortunada fue la primera reacción del nuevo Gobierno de México ante este reto. Si en este primer semestre hacen las cosas bien, las firmas subirán la calificación de la deuda de la paraestatal. La estrategia es trabajar para levantar a la vapuleada “empresa de todos de los mexicanos”. De nada sirve el discurso retador, sólo demuestra la impericia en estos asuntos. Corazón que sí siente: Me escribió una seguidora que desea obtener un arma de fuego y aprender a disparar antes de que la secuestren en el Metro. Psicosis e incredulidad es el resultado del rumor en redes sociales y el desmentido del gobierno capitalino. No estamos tranquilos.