El sindicalismo, la CNTE… ¿y la educación?

El que parecía ser un aliado para AMLO, puede llegar a ser un fuerte dolor de cabeza

“¿Bloquear carreteras? ¿Tomar las calles y no las redes? ¿Sindicatos en México? ¿Aún existen? ¿Por qué no se manifiestan en la banqueta o donde no afecten? ¿Qué es lo que quieren?”. Éstas y otras preguntas se escuchan entre los jóvenes llamados millennials. Y es natural, puesto que las organizaciones de trabajadores han quedado fuera de la agenda hace ya mucho tiempo y más allá de aquellos líderes sindicales que aparecen en portadas de periódicos -pero no por lograr la igualdad entre los trabajadores, sino por algún acto de corrupción o gastos desmesurados publicados en la prensa rosa-, los sindicatos pasaron a ser cosa de los libros de historia. En este sentido, y repasando un poco la historia, el sindicalismo en México data de 1766 con el estallamiento de la primera huelga entre los mineros y el conde de Regla en Real del Monte; posteriormente, los sindicatos fueron una pieza significativa en el devenir de la Revolución, siendo los grupos de maquinistas, telegrafistas, mineros o profesores quienes daban espíritu a las ideas maderistas, carrancistas o villistas, siempre viendo por la igualdad de los trabajadores y sus mejoras laborales, hasta que, con el charrismo sindical, pasaron a convertirse en un brazo poderoso del Estado. Ejemplos de ello tenemos varios, como la CROC, la CTM, el SME, el STPRM, el SNTE y, su disidencia, la CNTE. Las disputas por el poder entre las agrupaciones de trabajadores de la educación han sido férreas y, después de 36 años de fundado el SNTE, se creó la CNTE, misma que nace en el sur del país como una alternativa para los profesores disidentes del SNTE, quienes señalaban opacidad en los procesos democráticos y en la distribución de las cuotas sindicales. Así pues, en la década de los 80 la CNTE alcanzó presencia nacional, pero fue debilitándose hasta situarse hoy en sólo cuatro estados: Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán; sin embargo, se fortalecieron dentro de sus esta-dos, incluso en Oaxaca era casi indisoluble la CNTE del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), sólo por citar un ejemplo. Ya en este contexto y a sabiendas que la Coordinadora no se anda con miramientos cuando se trata de negociar sus pagos, Michoacán recibe a unos maestros que reclaman su salario y la Compensación Nacional Única 2019. Pasaron más de 15 días con las vías del ferrocarril tomadas por los profesores, aunado a un campamento en el centro de Morelia, hasta que tuvo que llegar esta negociación del gobierno federal al enviar aproximadamente mil millones de pesos para liquidar la deuda con este sector del magisterio.La negociación rindió frutos para los miembros de la CNTE, no así para la sociedad, puesto que siguen los bloqueos, el plantón e incluso se han incrementado la toma de instituciones estatales y cierre de calles, aunado a que las pérdidas de más de 7 mil mdp se siguen incrementando. Así pues, el que parecía que podría ser un aliado para AMLO, puede llegar a convertirse en un fuerte dolor de cabeza. Ahora bien, entre los muchos cuestionamientos que quedan en el aire acerca de la vigencia del sindicalismo en nuestro país o si la toma de las calles sigue siendo más potente que las redes sociales, la real duda que permanece es ¿y la educación?