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El informe patito y la fiscal carnal

El primero fue para elevar el ego del Presidente, y la segunda, una simulación para favorecer a Godoy

OPINIÓN

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El pasado 1 de diciembre, una vez más AMLO exigió a sus aplaudidores la organización de un evento político con la finalidad de “informar al pueblo” sus supuestos logros. Esto sólo para no perder la costumbre de que, a través del acarreo masivo voluntario e involuntario de personas, el Presidente eleve su ego y, de paso, hacer un diagnóstico de cómo va su maquinaria clientelar sustentada en los programas sociales que usted y yo pagamos. Este evento se justificó por haberse cumplido un año calendario de su gobierno, mero pretexto para gastar recursos, porque obviamente para sus eventos políticos no aplica la austeridad.

El contenido de este informe patito en realidad no dijo la verdad, pues omitió señalar el nulo crecimiento económico y sólo se emplearon “otros datos” para evadir la realidad de la pérdida de empleos, el incremento en la delincuencia, la escasez de medicinas, los continuos recortes presupuestales, entre muchos otros fracasos de gobierno.

Asimismo, omitió señalar que ha sido a través del método de cuotas y cuates que la 4T ha asignado cargos tanto al interior de la administración pública federal y local, como para imponer titulares de órganos autónomos. Basta señalar dos de los múltiples casos de tráfico de influencias avalados, defendidos y aplaudidos por el “partido del cambio verdadero”. El primero fue la designación de la ministra Yasmín, ministra Riobóo, en alusión al apellido de su esposo, el contratista favorito de AMLO; el segundo es el caso de la controvertida presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, quien hasta hace algunos meses figuraba en la nómina de Morena, como Consejera Nacional.

En el caso de la CDMX no podía ser diferente, pues la jefa de Gobierno, con el afán de imitar las malas prácticas del Presidente, busca imponer a Ernestina Godoy como la próxima fiscal carnal de la Ciudad de México, cargo que se encargará de la procuración de justicia en un contexto plagado de violencia y donde el alza en la delincuencia ya ha afectado a prácticamente toda la ciudadanía.

El descaro de Morena para que Ernestina sea la fiscal ha sido total, pues por haber sido diputada hace apenas un año, se encontraba impedida por la Constitución de la ciudad, que en su artículo 44 señalaba como requisito para ser fiscal el no ocupar, entre otros cargos, el de diputado tres años previos al proceso de selección. Sin embargo, al más puro estilo “prianista” –ese que tanto criticaba la 4T– la bancada de Morena en el Congreso local reformó dicho artículo para ajustar los requisitos, acortando el tiempo de haber dejado el cargo de elección popular a 1 año. ¿Qué coincidencia, no? Justo el tiempo que necesita Ernestina.

POR LORENA OSORNIO
EXCANDIDATA A LA JEFATURA DE GOBIERNO DE LA CDMX
@LOREOSORNIO

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