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El milagro español

Mientras España se moderniza, México vuelve a las fórmulas estatistas del pasado. Nos acercamos al eje peronista-chavista-castrista-evo moralista en política

OPINIÓN

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MADRID, España. El pasado 24 de diciembre, el rey Felipe de Borbón pronunció su tradicional mensaje de fin de año conocido como el Discurso de Navidad. El mensaje lo vieron siete millones y medio de televidentes españoles. En esta ocasión su alocución provocó gran expectativa por la coyuntura generada por los esfuerzos separatistas en el interior de Cataluña y la imposibilidad de Pedro Sánchez –político del PSOE- de formar gobierno. El rey envió un mensaje de confianza y una apuesta por la concordia, solidaridad y libertad como valores fundamentales.

La mezquindad de Ciudadanos y Podemos, así como la impericia política de Sánchez, ha generado un gridlock legislativo que posiblemente obligue al Estado español a convocar elecciones. Se ha dificultado aprobar presupuestos y se han dilatado reformas estructurales que se encuentran en el limbo desde hace por lo menos dos años. Pero a pesar de la parálisis política, el país funciona. La economía creció 2 por ciento.

A partir de la caída de Franco los españoles construyeron un entramado institucional democrático, liberal y capitalista. Previo a los 70, España sólo contaba con una industria turística que le vendía su sol a turistas alemanes, y se decía que se encontraba mucho más cerca de Marruecos que de Francia. España tenía la disyuntiva de imitar el peronismo o emular a sus vecinos europeos. Afortunadamente hizo lo segundo. Además de la liberalización política se acabaron los controles de precios, se estabilizó la peseta, se redujeron aranceles y se impulsó la inversión extranjera, se controlaron los salarios y la emisión de deuda y la inflación. Algo similar a lo que ocurrió en México durante la “larga noche neoliberal” que inició en la década de los 80.

De acuerdo con el think tank Bruno Leoni, España es el cuarto país más liberalizado de Europa después de Reino Unido, Holanda y Suecia. El estudio considera las siguientes 10 variables: la distribución de combustible, el mercado de gas natural, el de la electricidad, los servicios postales, las telecomunicaciones, la televisión, el transporte aéreo, el ferroviario, el mercado laboral, y el mercado de seguros. La liberalización de industrias estratégicas ha atraído inversiones al país que le han permitido generar empleos y distribuir mejor la riqueza.

Al parecer, nosotros estamos haciendo lo contrario y nos acercamos peligrosamente al eje peronista-chavista-castrista-evo moralista en lo político y nos estamos cerrando oportunidades en los sectores de telecomunicaciones y energía. Mientras España se liberaliza y moderniza, México vuelve a las fórmulas estatistas del pasado. En materia de desarrollo sostenible, ¿no deberíamos bailar una jota que nos aleje del Lamento Boliviano?

POR ALEJANDRO ECHEGARAY
CONSULTOR
@AECHEGARAY1

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