El peor atributo que puede tener un gobernante electo democráticamente –desde el presidente de la República, gobernador, hasta el edil del municipio más escondido del país– es el de la indolencia.
A esto me refiero con la incapacidad de conmoverse ante el dolor ajeno, a la frialdad para desmarcarse y no mostrar ni un gramo de empatía ante la porción de gobernados que están sufriendo una terrible pérdida o que padecen los estragos de una dificultad.
Hace algunos años, un mercado porteño ardió en su totalidad, justo en la víspera de la Navidad. Muchos días después, cuando el gobernador reapareció y al preguntarle por su ausencia en el lugar de los hechos, espetó: “Porque yo no soy bombero”.
Cierto, en el sector público hay cuerpos especializados en atención a siniestros y protección civil, sin embargo los titulares de la administración pública deben contar con la sensibilidad necesaria como para expresar sus respetos al dolor ajeno y manifestar que su gobierno emprenderá las acciones necesarias para rehabilitar los espacios, para normalizar cuanto antes la actividad de los locatarios y el abasto popular de las familias.
Este episodio que tenía encapsulado en mi memoria, tuvo un nuevo contexto en la realidad y en esencia se repitió, solamente que ahora ha sido en el corazón del país, la Ciudad de México y muy concretamente en la alcaldía de Cuauhtémoc. En la víspera navideña de 2019, ardieron locales en los mercados de San Cosme y en el Abelardo L. Rodríguez.
De nueva cuenta el Heroico Cuerpo de Bomberos apareció para sumarse a los esfuerzos de los locatarios que a cubetadas de agua ya se encontraban combatiendo el fuego. Sin embargo fue notoria la ausencia del alcalde Néstor Núñez López, que estaba disfrutando de sus vacaciones.
Y esto queda más que claro porque el mercado de San Cosme fue consumido en más de la mitad de sus instalaciones el 22 de diciembre y al día siguiente ardió una porción del mercado Abelardo L. Rodríguez; ninguno de los incendios mereció su presencia y el 24 de diciembre tuiteó que no tendría audiencias públicas hasta el 8 de enero de 2020.
Néstor Núñez suspendió su asueto hasta que la jefa de Gobierno acudió hasta el jueves al mercado de San Cosme, le ganó la fiesta antes que la solidaridad con sus gobernados.
El emblemático mercado de La Merced, ubicado en la alcaldía de Venustiano Carranza, también se incendió el 25 de diciembre y ha sido el tercer fuego en la década, lo que demuestra que han pasado autoridades y no previenen con eficacia estos accidentes.
La única Constitución que se refiere a los mercados públicos es la de la Ciudad de México y en su artículo 10, apartado B, numeral 12, indica:
“Las autoridades de la Ciudad garantizarán a los locatarios de los mercados públicos condiciones sanitarias, certeza y seguridad jurídica adecuadas”. Es urgente que se tomen las medidas presupuestarias para rehabilitar cuanto antes estos mercados y diseñar un esquema de mantenimiento y protección civil dedicado a este rubro.
Consummatum: Muestra tu apoyo a los locatarios, acudiendo a comprar sus mercancías. Los vecinos pueden apoyarlos así.
POR LORENA PIÑÓN RIVERA
*SECRETARIA NACIONAL DE GESTIÓN SOCIAL DEL PRI
@LORENAPIGNON_
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