Es tiempo de un nuevo contrato social

Los programas sociales en la Ciudad de México y en el país son, a todas luces insuficientes, y se han ocupado por décadas como mecanismos para generar clientela política y no como verdaderas oportunidades de cerrar las brechas de desigualdad que afectan nuestras relaciones sociales y nuestras comunidades de manera profunda. La pobreza alimentaria, educativa y social genera inseguridad y debilita al Estado.

De acuerdo con la obra El Leviatán, del filósofo Thomas Hobbes, un gobierno legítimo es aquel que cumple con entregar a sus ciudadanos seguridad en aspectos clave. El Estado está formado por las voluntades de todos, mismas que entregamos a cambio de bienestar y seguridad. Un gobierno que no cumple con satisfacer las necesidades básicas de la población no puede ser legítimo. Para Jean-Jacques Rousseau, la comunidad política está fundamentada en ese acuerdo, en una transacción que él denomina “contrato social”, en la que la población deposita su soberanía en el Estado a cambio de bienestar. Esta transacción no es pasiva; los ciudadanos deben ser partícipes de la soberanía y exigir que se cumplan las condiciones del acuerdo. Es la diferencia entre ciudadanos y súbditos.

El contrato social se refrenda todos los días, la entrega de nuestra soberanía natural al Estado debe estar acompañada de ciertas garantías fundamentales que nos hagan ver las virtudes de vivir en comunidad, como la educación, la salud y un mínimo alimentario para vivir con dignidad. Es momento de retornar estos principios y convertirnos en un país y ciudad de vanguardia que cumpla con las necesidades básicas de la población.

El fracaso de los programas sociales actuales está a la vista de todos. Para muestra un botón: de acuerdo a cifras del Coneval, más de un millón 200 mil capitalinos se encuentran con carencias alimenticias, lo que significa que no cuentan con los ingresos suficientes para asegurar su subsistencia.

Desde el Congreso de la CDMX, propuse la Ley del Mínimo Vital, que busca que los capitalinos tengan condiciones para una vida digna. Esta propuesta está enfocada en las personas que se encuentren en situación de pobreza alimentaria, quienes tendrán derecho a la Renta Mínima. Se trata de un instrumento de avanzada del cual no existe precedente alguno a nivel nacional, de modo que nos coloca en la punta de lanza dentro del derrotero de derechos sociales de nuestro país

Es tiempo de generar mecanismos para estas condiciones y que se cumplan de manera transparente, con una mínima intervención de la burocracia; de ahí nace el concepto del mínimo vital que ha sido retomado por la Constitución de la CDMX, la Suprema Corte de Justicia y el Congreso de la Ciudad de México.

Es tiempo de pensar en comunidad y darnos cuenta de que la pobreza no es de un sector o de otro, es de todos y tenemos la oportunidad histórica de salir adelante juntos y sentar precedente.

La legitimización de nuestras instituciones llegará cuando firmemos un nuevo contrato social que tenga la dignidad de las personas por delante y con prioridad en las personas de las cuales el gobierno se ha olvidado. Es tiempo.

POR CHRISTIAN VON ROEHRICH
DIPUTADO DEL PAN EN EL CONGRESO DE LA CDMX
@Christianvonroe

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