Violencia y reuniones mañaneras de seguridad

Asistir a las reuniones mañaneras no es garantía de que baje la violencia en las entidades federativas, no hacerlo tampoco implica que las cosas empeoren, por lo que hasta ahora no es el mejor incentivo para que los gobernadores acudan personalmente a las mismas.

Así lo indica un análisis comparativo de delitos cometidos con violencia y la asistencia a las reuniones “diarias” del gabinete de seguridad en los estados, que en realidad se efectúan únicamente de lunes a viernes, por lo que deberían llamarse “reuniones inglesas”.

De las 10 entidades con mayor tasa de delitos violentos por cada 100 mil habitantes, incluidos el homicidio doloso, feminicidio, secuestro, extorsión y robo, en cuatro de ellas los gobernadores acudieron asiduamente a las reuniones, y fueron Tabasco, con una tasa de 442 delitos y 195 asistencias; Ciudad de México, con 394 delitos y 309 asistencias; Jalisco, con 311 delitos y 162 asistencias, y Puebla, con 283 delitos y 92 asistencias.

Respecto de las 6 restantes, en 3 de ellas los gobernadores acuden con menor frecuencia que las 4 primeras, siendo estas Estado de México, con una tasa de 396 delitos violentos y 43 asistencias; Quintana Roo, con 334 delitos y 55 asistencias, y Baja California, con 299 delitos y 36 asistencias.

En las últimas 3, sus gobernadores acuden con menor regularidad, y fueron Guanajuato, con una tasa de 241 delitos y 5 asistencias; Morelos, con 191 delitos y 9 asistencias, y Michoacán, con 151 delitos y 16 asistencias.

En sentido contrario, de las 10 entidades con menor tasa de delitos violentos, en 8 de ellas los gobernadores no asistieron a las reuniones y sólo 2 aparecen en el top 5 de los que más han acudido.

Las mejores son Yucatán, con una tasa de únicamente 5 delitos violentos por cada 100 mil habitantes y 23 asistencias; Coahuila, con 22 delitos y 34 asistencias; Nayarit, con 22 delitos y 24 asistencias; Campeche, con 26 delitos y 1 asistencia; Durango, con 44 delitos y 47 asistencias; Nuevo León, con 72 delitos y 8 asistencias; Chihuahua, con 83 delitos y 34 asistencias, y Aguascalientes, con 87 delitos y 12 asistencias.

Los estados que registraron una relativamente menor tasa de delitos violentos y mayor participación de sus gobernadores en las reuniones “diarias” fueron Chiapas, con 73 delitos y 244 asistencias, y Tlaxcala, con 83 delitos y 208 asistencias. Una verdad de Perogrullo indica que la sola presencia del titular del Ejecutivo estatal en las reuniones de las denominadas “Mesas de seguridad o coordinación para la Construcción de la paz”, no es suficiente para resolver el problema de violencia.

Otra premisa que cobra fuerza a partir de estos datos, es que el origen partidista de los gobernadores impacta negativamente en los resultados. Esto ya pasó en Ciudad Juárez en la década pasada, cuando el gobernador provenía de un partido distinto al del municipio.

Lo anterior lleva a pensar que esta nueva forma de coordinación entre los gobiernos federal, estatal y municipal, basada en la atención de las causas del delito, deberá madurar y consolidarse, antes de pensar en una especie de Mando Único a nivel nacional.

POR FACUNDO ROSAS
EX COMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL

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