La primera reforma social es la fiscal

Más allá de la conveniencia de los programas sociales, lo que está haciendo el gobierno es jalar la cobija, destapando, unos para abrigar a otros

La semana pasada, en la conferencia mañanera del Presidente, la secretaria de Desarrollo Social de Uruguay, invitada junto con representantes de otros países de Latinoamérica para analizar políticas sociales, dijo que la primera reforma que implementó el gobierno de su país para combatir la pobreza fue una reforma fiscal que diera recursos para garantizar derechos sociales a toda la población.

En respuesta, el presidente López Obrador expresó que en cada país la situación es diferente y que en México el combate a la corrupción dará los recursos necesarios para lograr la igualdad social y erradicar la pobreza.

Como dijo en su carta de renuncia el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, “López Obrador en materia fiscal es un conservador”.No entiende que eliminar la corrupción no aportará un peso a la política social y que los recursos con que cuenta para sus programas sociales han salido de recortes, muchos de ellos irresponsables, a secretarías e instituciones del Estado. En el presupuesto para el próximo año se incluyen reducciones en salud, educación, agricultura, medio ambiente, turismo, entre otros, para financiar los programas de adultos mayores, becas, apoyo a personas con discapacidad, jóvenes y Sembrando Vida.

Más allá de la conveniencia de estos programas, lo que está haciendo el gobierno es jalar la cobija, destapando unos programas para cobijar otros. Lo que es claro es que la cobija no alcanza y que México es de los países con menor recaudación en relación con el PIB y, como consecuencia, con menor gasto público por habitante. Dejando de lado a los países europeos, en donde se ha logrado garantizar los derechos sociales en una economía de libre mercado debido a que su recaudación fiscal es superior a 40% del PIB; entre los países latinoamericanos, México está muy por debajo de varios de ellos en recaudación y gasto público.

Uruguay ha tardado casi 30 años en aumentar su recaudación de impuestos en más de 10% del PIB, a través de un esfuerzo constante, y con esos recursos ha logrado eliminar la pobreza. Si queremos lograr algo similar, la eliminación de la corrupción y la austeridad no son suficientes y es urgente una reforma fiscal que aumente la recaudación a través del IVA, un impuesto mayor para financiar la seguridad social y el impuesto predial.

Mientras que en Brasil y Argentina por IVA se recauda más de 13% del PIB, en Mexico es apenas de 5.8%; en el caso de la seguridad social, en nuestro país es de 2.1% contra 7% en esos países y en el caso del impuesto predial en México es apenas de 0.2 contra 2%. Como resultado de su política fiscal, la recaudación en Brasil y Argentina es superior a 30% mientras en Mexico es apenas de 16.2%.

De seguir convencido de que el combate a la corrupción va dar los recursos necesarios para una profunda reforma social, López Obrador va a acabar siendo el presidente más neoliberal y de derechas de nuestra historia, ya que va a ser el único que en lugar de fortalecer al Estado con más ingresos y más gasto, lo va a debilitar con su conservadurismo fiscal.

POR DEMETRIO SODI
COLABORADOR
@DEMETRIOSODI


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